Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 5 de marzo de 2011

Akelarre

En la planta 14 hubo gran movimiento en los pasillos. Carreras de carros, de médicos y enfermeras sorprendidos del milagro que se había producido en la 1414. El mismo día en que había sido desahuciado y uncido con los santos óleos, el paciente A.M.T. recobraba sus constantes vitales abriendo los ojos y exhalando el aire viciado, que parecía molestarle en sus pulmones. Sus padres se miraron y felicitaron. Mereció la pena…

Bajo su cama, un paño negro con restos de una celebración.




Entretanto, en la planta 2, las mismas carreras de médicos, enfermeras y todo tipo de sanitarios con diferentes carros de reanimación que no entendían lo que acababa de suceder. En la 214 T.M.A. y M.T.A. se llevaban las manos a la cabeza llorando por el neonato que había dejado de respirar, sin explicación aparente.

Bajo la cuna, pulcritud, ilusión, desilusión y lágrimas.,

El akelarre había funcionado, de nuevo.


12 comentarios:

Unknown dijo...

Terrible historia Towanda, espero no cruzarme jamás con los de la 1414.

Un abrazo

Anita Dinamita dijo...

Curioso, debería ser al revés, no? podría haberse ido y haber entrado en un niño que estuviera naciendo ahora, reencarnarse...
Un relato terrorífico y muy poético
Abrazos

Nel Morán dijo...

Es una dualidad tan repetitiiva que siempre nos coge por sorpresa.

Blogsaludos

marialuisa dijo...

Brutal!!!

un beso

Unknown dijo...

Concordante con el dicho de : Se lo chupó la bruja.
Hay que alejarse de seres que chupan la energía y se comportan como incubus o succubus, de quienes se dice poseen la calidad de apoderarse de quien se coloca en onda negativa.

Towanda dijo...

Gracias a los cinco por sus comentarios... ¿cómo quedaría un relato si nadie le dedicara unas palabritas?; algo huerfanito.

Un verdadero placer contar con personas tan fantásticas.

Muchos abrazos para todos.

artistalight dijo...

Me corrió un escalofrio por la espalda...más cuando creo firmemente en la reencarnación, me gustó mucho Towanda.

Towanda dijo...

Astistaligth: Un escalofrío te lo quito con una tacita de café calentito.
Muchas gracias.
Un abrazo.

kaisu marjatta dijo...

interesantes. imagen limpia, un cambio de perspectiva evento. el segundo lugar y un milagro. La vida es un milagro. Cuando pienso en cuánto daño hace el hombre, es un milagro. Muy grande, que no es ..

Towanda dijo...

Aikatherine: Gracias por el comentario.
Un abrazo.

puri.menaya dijo...

Brr... Me dio un escalofrío... EL viejo absorbió al bebe, pobrecito.

Towanda dijo...

Puri: Efeeeeectivamenteee (esto con voz de miedo).....

Un abrazo.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.