Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 23 de mayo de 2012

Instante


El sol prepotea por la celosía y le da un cachetazo inesperado ni bien abre la puerta del cuarto. La luz le duele. Las bocinas, el ajetreo de la ciudad, los chicos que salen de la escuela, la campanita del pochoclero también duelen pero, más aún, ese silencio denso que flota en sus pupilas porque los pies de su hermano cuelgan tiesos hacia el suelo. 


ficcionario breve


10 comentarios:

Yashira dijo...

Jó Sandra, menuda visión para encontrarse al entrar en una habitación, lo que no se qué es la campanita del pochoclero, nunca había oído esa palabra.

Precioso micro y doloroso, un abrazo,

Unknown dijo...

Por éso dicen que a quien ahorcan en lunes, mal empieza la semana.
Muy trágico.

Javier Ximens dijo...

No sé que es prepotear, ni pochoclero. Sandra, es estas condiciones no entiendo nada el relato, problema mío.

Lucas Fulgi dijo...

Qué final. Fuerte.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

A veces hay cosas que hacen que se pare el mundo.

Sandra Montelpare dijo...

¡Hola a todos! Disculpen si se escaparon algunos términos del lunfardo que por mis lares son habituales. Prepotear es intimidar, generalmente usando la fuerza; pochoclero es el vendedor de palomitas de maíz y copos de nieve. Aquí andan con un carrito sobre una bicicleta o moto y para llamar la atención de los niños usan una campana.

Gracias por entrar a leer y avisarme. Besos van!

Elysa dijo...

El impacto de la imagen final es brutal. Muy duro.

Besitos

Pilar Arenas Nieto dijo...

Me encantan las descripcione de tu relato y las palabras que nos das conocer, la imagen del final rotundamente impactante.
Saludos!

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Durísimo el final, me encantó.
¡Felicitaciones!

Sandra Montelpare dijo...

Gracias por la lectura y el feedback.
Yashira, Carlos, Ximens, Lucas, Cybrghost, Elisa, Pilar, Juanito: ustedes son palabras mayores! Abrazos admirados van!

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.