Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 6 de mayo de 2012

EL MARACUMBÉ

A través de la ventila de mi regadera escucho hablar a dos hombres en la calle. No suena como una conversación, me parece que ambos hablan al mismo tiempo y de temas distintos. Al cerrar la llave, sin la interferencia del ruido del agua discierno mejor. Uno es viejo y arrastra los finales de las palabras que pronuncia huecas y ensalivadas como si trajera un hueso de durazno por dentro de las mejillas.

- Yo tengo setenta años. He visto morir a varios amigos. Voy para cincuenta... Voy, para setenta años.

Una pausa, y el viejo sigue, disminuyendo el volumen hasta casi murmurar:

- Yo soy El Maracumbé, el rey, de todos...

-  ¡Que pase buena tarde! ¡Gusto en saludarlo! ¡Con permiso!

Después hubo silencio afuera, pero en mi mente sonó el mariachi toda la tarde repitiendo un sólo estribillo incesante: "Éste es El Maracumbé, el rey de todos los sones. Querido de las mujeres, apreciado de los hombres".

3 comentarios:

Maga h dijo...

No pude evitar encontrar entre tus letras la imagen de una conversación entre dos abuelas hablando a cerca de sus nietos.

Me gustó!

Beso grande

Anónimo dijo...

Gracias Magah, yo disfruto mucho cazar conversaciones, y por lo general, las de los ancianos y los niños son las mejores presas.

Unknown dijo...

Sin duda, es bonito. Jirones de una conversación: excelente método para desatar inspiraciones!

Beso, Yun

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.