Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 13 de junio de 2010

No quedaban libros.

Aún
No quedaban libros, capítulos, párrafos, frases, ni siquiera palabras o letras. Pero quedaba lo más importante: La esperanza necesaria de conocernos..


Confiscados
No quedaban libros, plácidamente sentados en sus estantes. "Los están leyendo. ¿no?". "Me temo que no. Han sido confiscados por señalizar caminos hacia el sol".


Recomienzo
No quedaban libro. La nada los engulló. Solo uno queda a buen recaudo en las mentes verdaderas. Lo creó bien Michel Ende. La historia comienza de nuevo..


El triunfo del arte
No quedaban libros. Solo perduraron los espontaneos, fluídos y sin ansia de éxito fugaz. Logró sobrevivir lo eterno. El arte venció a la cultura.


El Fary
No quedaban libros. Salvo la biografía del Fary. Algo es algo..


Lectura en el mingitorio
No quedaban libros en el cuarto de baño. Mi mujer los quitó de allí. Ella no entiende el placer que se siente al leer sentado en el retrete.


Aprender sin libros
No quedaban libros. Sobre como entender las cosas. No me atormente señor librero. Dígame que no es cierto.


Sin alma.
No quedaban libros. La casa, aún decorada con muebles, cortinas, y ajuares, estaba desnuda. Era como una bella mujer vestida ostentosos ropajes y luminosas joyas. No tenía alma.


Encerrado
No quedaban libros. Los de la mudanza los desalojaron todos. Se llevarían la estantería de ébano. Tras ella descubrirían la puerta tabicada donde me encerraron. Por fin libre.


Ocultación
No quedaban libros infinitos. Están físicamente pero no existen. No se habla de ellos, ni siquiera se les critica. Solo se les ridiculiza. ¡Atajo de listos!


Regalos en el árbol
No quedaban libros en el hueco del roble. Durante años, los lunes aparecía allí un tomo, dejado por un anónimo amigo. Yo respondía con otro. He perdido una lectura y una amistad..



Torcuato González Toval

4 comentarios:

Eli dijo...

Un nuevo comienzo con excelentes microrelatos.

Me gusta el cambio...

El Microrrelatista dijo...

Hola Eli. Te mando un correo electrónico.
Un beso.

Unknown dijo...

Buen aviso de invitación a los lectores,ojalá surjan tantos,que algún día exista en el mundo un mundial de la lectura,donde se puedan exponer todas las letras,tanto en ficción como en realismo,incluso que brinden un espacio abierto,donde también pudiéramos expresar una idiotez,y que nos paguen por ello,tal como les pagan a los de la televisión por decir idioteces de tiempo completo,pero quiero suponer que las nuestras serían reales,y no consistentes en mentiras que la gente escucha muy interesada acerca de gente que ni conoce.
Una apertura pues que incluya desde lo más idiota hasta lo más sublime;y que no quepa ahí la censura,ni la exclusión.
Que también tengan una categoría de blogueros donde nos televisen y graben y ganemos dinero a lo bestia
, y así nuestros esfuerzos deseperados por componer el mundo
podrán tomar cuerpo,aunque sea en un campo nudista.

El Microrrelatista dijo...

Hola Carlos y bienvenido. El correo que te envié era para que cuando quieras publiques aquí. En la entrada procura utilizar letra Georgia tamaño normal.
En la etiqueta o tag pon microrrelato y tu nombre

Un abrazo.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.