Sonó el teléfono y contestó el profesor Teocracio Nistómedes,quien estaba a cargo de la cátedra de Ciencias Moleculares.
---Sí,diga--
---¿Hablo con el profesor?---
---Si ,sea breve por favor pues voy saliendo a dar mi clase.---
---Profesor,le llamamos de la estación de Telecentral para informarle que ganó usted el premio Nóbel---
El profesor no pudo evitar la explosión de emoción que esto le causaba y gritó un SÍÍÍÍÍ de lo más sonoro,y se derrumbó en incontrolable llanto por lo que sentía. Pues éste arrebato no era sólo por el reconocimiento y el prestigio que le aportaba el premio,sino el millón de dolaritos no le caía nada despreciable.
El locutor aprovechando el momento de sacarle más jugo a la entrevista,contra ataca con:
---Veó que se acaba de enterar a través de nosotros sus amigos de Telecentro,de ésta histórica noticia,no es cualquier día que se gana el Nobel de literatura uno,¿Verdad profesor Gómez Garcés?---
Bastó ésa pregunta para que el profesor Nistómedes se diése cuenta de que éstos minusválidos cerebrales,habían confundido el profesor de literatura con el de Ciencias moleculares.
2 comentarios:
La vida son subidas y bajadas como en una montaña rusa.
Un abrazo.
Sí, como decimos aquí en Catalunya: "no es pot dir blat, fins que és al sac i ben lligat" (no se puede decir trigo, hasta que está en el saco y bien atado). Hay que vigilar la ortografía: las tildes van un poco a su aire.
Saludos y muecha suerte con El Microrrelatista.
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