Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

martes, 13 de marzo de 2012

Sus labores


Cada noche recogía con cuidado los pedazos y los ponía encima de la mesa. Después, cogía el costurero y elegía emocionada el hilo con el que deseaba remendarlo, siempre de un color diferente. Enhebraba la aguja más fina para no dejar señales que afearan su apariencia y se colocaba despacio el dedal plateado; un ritual que había perfeccionado a fuerza de costumbre. Sentada en la cocina, iba dando puntadas de un ventrículo a otro, con cuidado de no pincharse. Una vez terminada la tarea, lo contemplaba satisfecha y se acostaba, enjugándose las lágrimas. Cada mañana, antes de salir de casa, lo cogía, se aseguraba de que aún seguía latiendo y lo colocaba en su sitio con la esperanza de regresar con él entero por la noche.

Autora: Cristina Requejo

Blog: Desde mi luna

8 comentarios:

Enmascarado dijo...

Aunque triste, bonito micro Cristina.
Aplicable a tantos males y traumas actuales que esas puntadas, perfectamente podrían ser en otro lado.
Saludos

Unknown dijo...

Me gustó tu imagen de plasticidad cardiaca.
Yo hace tiempo tuve una en que alguien a quien le habían partido el corazón se lo sacaba y lo quebraba sobre un sartén saliendo de ahí un par de huevos crudos para freírse.

Paloma Hidalgo dijo...

Un trabajo fino el que hacía cosiendo, lo mismo que el que has hecho tú tejiendo las palabras de un micro triste, pero lleno de luz.

Saludos

Laira dijo...

¡Qué bonita metáfora! ojalá el corazón fuera tan fácil de remendar y colocar en su sitio, entonces yo también quisiera aprender a coser.
1 abrazo.

María Gladys Estévez dijo...

Bello tu micro, Reponer el corazón cada día..
Un abrazo

Anamari Granados dijo...

Bonito texto, me parece super interesante la labor que se hace en este sitio, sinceramente me paso para quedarme, un beso

Nieves dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Precioso. Me encanta cómo transmites la atmósfera del ritual. Está tan logrado que el espíritu positivo de la protagonista le gana a lo triste de la situación. Me gusta la sensación que me deja al leerlo.
Nieves

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.