- ¿Has vivido alguna vez?- pregunté al robot que, analítico, me miraba. Me miraba con los ojos vacíos de una inteligencia superior. Me miraba con la frente en alto como si pudiera sentir orgullo humano… como si pudiera sentir. Así me miraba.
- No lo sé. ¿Y tú?- Contestó.
Llegué a odiarlo. A odiar profundamente su voz metálica, su voz inerte y monótona. Llegué a odiar su cuerpo de hojalata, y sus músculos de goma que lo hacían ver tan real, tan humano como yo.
-Una vez me sentí vivo, realmente vivo- le dije, como si mi cuerpo no estuviera hecho de hojalata, como si mi voz no fuera monótona y metálica, y mis músculos no fuesen de goma.
Autor: Lucas Fulgi
Blog: Be corta
4 comentarios:
Sorprendente.
Besos desde el aire
No sé qué tienen que me encanta,tal vez,su forma.
Me pasaré por tu blog^^
Gran cuento.
Y aún dándose que un robot llegue a sentir; lo hará robóticamente.
Me acerco para repetir, expresamente, lo comentado en el blog de Lucas.
Este micro goza de muchas de las virtudes del género. Tiene intensidad de efecto, un esquema de acción posible, embauca lo justo y necesario al lector como para que este no se sienta trampeado, y nos regala un final contundente, de los que te llevan -irremisiblemente- a la relectura inmediata.
Sin duda, una gozada para tus seguidores y los de El Microrrelatista.
Un abrazo.
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