Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 11 de marzo de 2012

Mi infancia

Regresar a aquella habitación es como viajar mecido en la cuna del tiempo. Cuando abro su puerta, escucho el ruido del motor procedente del tren eléctrico que me regalaron unas Navidades, huelo a la pólvora de los combates librados entre indios y vaqueros en el fuerte de mi sexto cumpleaños y veo mi balón de fútbol de reglamento acercarse dando botes hacia mí. Mi infancia me lo acaba de lanzar y me pregunta si quiero jugar. Y yo seducido por la oferta, le devuelvo el balón y le ofrezco un chupachups.
Como si nada hubiera cambiado esperamos la llamada de mi madre para salir corriendo a la cocina, siempre nos espera con un tazón de chocolate en las tardes de invierno. Nada ha cambiado. Los libros en las estanterías, mis muñecos de playmobil, mis pósters del equipo de fútbol preferido…
¡Me encanta regresar a mi habitación! Siempre lo será, aunque yo me apoye en bastón y lleve boina.

9 comentarios:

Yashira dijo...

Es verdad que en la habitación de nuestra infancia, siempre seremos esos niños que soñaron y jugaron, pasados los años nos mira el niño que fuimos con cara de asombro y en su inocencia nos invita a jugar con él. ¿Cómo negarnos? Si vive dentro de nosotros,

Precioso Relato David,

Anónimo dijo...

Es conmovedor. Me gustó especialmente el pase de balón. Saludos.

Unknown dijo...

Muy hermoso relato acerca de alguien tan afortunado como para tener un entrañable pasado.
No todo mundo puede afirmar lo mismo.

Mar Horno dijo...

Precioso. La vida es un círculo. La vejez y la niñez se unen y se abrazan completando ese círculo. No hay nada más parecido que un niño y un anciano, por eso se suelen llevar tan bien. Son la misma esencia en dos extremos de la vida. Un abrazo.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Hermoso regreso al pasado.

Mei Morán dijo...

El pase del balón que haces es un guiño casi cinematográfico.
Saludos

Laira dijo...

Genial, recordar la infancia, rememorar las horas y horas de juegos e ilusiones es mágico.
Besos.

Torcuato dijo...

..."veo mi balón de fútbol de reglamento acercarse dando botes hacia mí. Mi infancia me lo acaba de lanzar y me pregunta si quiero jugar."

Muy bueno.

Un abrazo, indio

Elysa dijo...

Precioso por lo que implica. Lleno de buenas imágenes que se ven y se viven. Lo he disfrutado.

Besitos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.