Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 25 de abril de 2011

PRIMAVERA

En el cristal de la ventana, amargan los primeros brotes del almendro. La barra del armario se curva bajo el peso con sabor a hielo de los grises, y el tacto ligero de los azules y verdes que empujan al invierno. Arriba, en un ángulo del techo, la araña enhebra y tira hilo hacia el dintel de la puerta. Escucho mi desgana. El despertador ha dejado de temblar hace rato. Hora de levantarse cambiar la ropa y bajar la araña, me digo. Doy media vuelta y cierro los ojos. Un ratito más.

9 comentarios:

Nel Morán dijo...

Un poco de sueño que nos ensueñe aunque sea cinco minutos.

Blogsaludos

Rosa dijo...

Despertares poéticos los tuyos.
Saludos

Luisa Hurtado González dijo...

Nunca me deperté así, con los sentidos tan alerta; a pesar de la desgana, nunca.
No sé si mis ojos lo verán un día, eso sí, si lo ven; seguro que también me doy media vuelta.
Un beso.

puri.menaya dijo...

¡Animo, que es primavera! Aunque el madrugar siempre produce una terrible desgana, qué sueño.

MA dijo...

Debería estar pohibido madrugar, y levantarse temprano, tambien.

Lola Sanabria dijo...

Totalmente de acuerdo. Lo de madrugar es el horror más grande del mundo.

Besos madrugadores para todos.

Unknown dijo...

El tiempo.
Ese invento comercial de las empresas para regular a los demás.
Aunque ya estando dentro del programa vale el truco de adelantarse aún más temprano, para cafetearse bien y bloguear con lo más fresco de la mente recién despierta , y luego entrar al trabajo ya listo para lo que venga.
Administrar el tiempo es un acto de pericia.

Lola Sanabria dijo...

Hoy en día,sí. Gracias por comentar.

Par de abrazos.

Puck dijo...

mmmm qué bien saben esos cinco minutos. Me gusta
Saludillos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.