Desde que me clavó la mirada lo veo hasta en los sueños.
El oftalmólogo confirmó que, en efecto, su rostro es un holograma en mis pupilas y quiere llevar mi caso a un congreso.
Tiene razón. No puedo concentrarme. Se cuela en las planillas de cálculo, en los titulares del diario, en la taza de café...
Y eso no es nada. Ayer ha hecho toda clase de gestos mientras me probaba ropa frente al espejo antes de salir. Sólo consiguió sonreír cuando me puse el vestido estampado que llevaba ese domingo en el parque cuando nos cruzamos.
Sin embargo hoy sus facciones filtran una desilusión infinita. Presiente su fin. Me ha echado el ojo el nuevo inquilino del 3º F.
10 comentarios:
Te pueden echar todos los ojos que quieras, guapa. No problem. No son excluyente o sí?
Es un micro curioso pero hay una cosa que me sienta mal, ¿es que la protagonista no tiene ni voz ni voto?, ¿no puede decidir?, ¿todo depende de quien le haya echado el ojo? Da un poco esa impresión, y... no sé, no me creo que sea la que tú quieras dar.
O dicho de otro modo, ¿lo estoy leyendo o interpretando bien?
Vaya, parece que es de las que sólo tiene ojos para uno.
Que divertido. Muy ocurrente.
Buenísimo, me encantó.
Saludos.
Se dan un palmazo de felicitación la ciencia ficción y la extrañeza de la mente femenina.
Muy capturante de cierto extremo de realidad.
Jajaja, me limitaré a decir que me gustó muchísimo y que pasé de la congoja a la sonrisa. Felicidades.
Quise jugar un poco con esas miradas que atraviesan pero esta se quedó impregnada en la retina.
¡Gracias Luisa, Cybrghost,Lucas, Juanit, Carlos y Yunuén por su lectura y comentarios!
¡Saludos van para todos!
Voluble la chica...
Sí, bastante... Gracias por tu lectura, Andrea
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