En mi última ofensiva para seducirla, le cuento que sueño con ella.
Que en mi sueño su matrimonio ha dejado de ser un escollo, porque ya nada nos importa. Que estamos desnudos, tumbados en mi alfombra de Aubusson que acoge su cuerpo con lascivia. Que nos ilumina el fuego de la chimenea y sólo pienso en aprovechar mi lengua para robarle el rocío de sudor que cubre su palidez urbana.
No me miras, le susurro, me envuelves con la mirada y –casi sin querer- me atrevo a sumar promesas a mi historia, más saturada de decepciones que de esperanzas. Esos ojos del color del agua turbia que siempre han conseguido entorpecer mi pensamiento me hacen creer que he dejado de contemplar mi vida para comenzar a vivirla.
A pesar del humo que nos devuelve la envidia de la chimenea atascada, no hueles a leña sino a fango de olivas negras y quiero acercar mis labios al pliegue de tu ingle, le confieso.
¿Y somos felices?, pregunta, curiosa, y me quedo mirando sus palabras como si fueran el bocadillo de un comic.
No respondo, porque no sé si aún estoy soñando.
oOo
17 comentarios:
La cara y la cruz de la misma moneda Pedro, muy logradas las imágenes y estupendo final.
Un abrazo
Muy bueno texto, Pedro...
Me pregunto por qué ha perdido vigencia este espacio, antes solían visitarlo más amigos. Es retórico, no importa.
Un abrazo.
HD
Pedro, tu relato esconde un amor prohibido que no se s es correspondido por ambas partes. Suele ocurrir que la parte comprometida, juegue con la situación de forma distinta que la libre. Me ha gustado como has situado a ambos personajes, y ese dialogo interior del protagonista.
Es un placer leerte en este estreno en esta página que hoy se engrandece aún más con tus letras.
Un abrazo bien fuerte.
Qué gusto es leerte, Pedro! Se extraña tu narrativa tan personal. Porque lo que me gusta es que tu estilo emerge poderoso y regala textos como este.
Muy bueno! Un abrazo, mi amigo!
Insisto en que me gusta la palidez urbana, y esas palabras visibles del final.
Pedro, me gusta un poco más que el original, al haber eliminado alguna frase que no entendía. Sigo sin ver/oler el fango de olivas negras. Me acerco un poco más, pero no llego. Desde luego el tono del relato está muy conseguido.
Brillante!!!! sobran el resto de las palabras.
Qué forma tan pintoresca de seducirla, porque no se si me sentiría halagada si alguien me dice que huelo a fango de olivas negras... Me encanta cómo se enfrente él a la situación, no termino de ver cómo la enfrenta ella, pero claro al estar casada, seguro de diferente manera.
Un saludo Pedro,
Resulta excelente tanto como sueño o realidad. Bravo.
Lo recuerdo, ¡como no! y creo, no estoy segura que has eliminado algo. Pero es igual, me sigue gustando y encuentro que creas una atmósfera muy sensual que envuelve al lector y al terminar siente como si emergiera de un sueño.
Me alegra verte por aquí.
Besitos
Bueno, Pedro, qué maravilla. Yo también quiero soñar así. Y el final... estupendo.
Qué envidia!
Abrazos
Bonito micro, me recuerda a un par míos que van de "sueños".
Un saludo desde México DF
Mucha belleza en tus letras.
Me gustó.
Saludos.
Pedro... me reconozco en tu micro....y de que forma....pero la seduccion por sueños es larga, dolorosa y, a veces, infructuosa...pero sabes...vale la pena intentarlo.. y no una sino la veces que sueñes.
un abrazo de un soñador.
Manejando así las palabras, cae fijo.
Un final perfecto Pedro.
Besos desde el aire
Qué buena alquimia entre sueño y realidad, sin definir el límite de cada uno...... Los amores frágiles o efímeros, los condenados, son los que nos impulsan a estos espacios de cinco dimensiones logradas en las mezclas y yuxtaposiciones.... Más allá, me gustó, me conmovió, me hizo viajar.......qué más puede pretender un texto???
Me encanta el blog...
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