Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 9 de abril de 2012

Haciendo números


En principio éramos dos. Dos que a veces se confundían en uno, un uno disfrazado de dos. La máscara no duró mucho tiempo, y cuando se cayó descubrimos que estábamos tres, incluso había restos de un cuarto. Y como suele decirse que dos son compañía y tres son multitud, no me salen las cuentas, tu presencia ya no me aporta nada. Me vuelvo un uno, buscaré otra forma de llegar al infinito.



12 comentarios:

Nicolás Jarque dijo...

Su, a veces uno más uno no son dos, y cuando eso sucede y se busca fuera otro número que te llene, mal.

Lo mejor es ser uno que pueda sumarse con otro uno y que dé como resultado dos.

Me gustó este juego de números.

Bessets.

María Eva Ruiz dijo...

Buen juego de números y palabras. Pero, siendo uno solo, mala es la forma de llegar hasta el infinito sin compañía.

Un saludo,

María Eva.

MJ dijo...

Lo que demuestra que no siempre uno más uno es igual a dos :-)
Muy bueno, Su.

Un beso.

Unknown dijo...

Tristeza revelada por insatisfacciones.
Más la razón no queda en claro, se puede tornar en un barril sin fondo o en una segunda oportunidad.

Elysa dijo...

Mejor se uno si para ser dos tienes que aceptar tres, cuatro...

Besitos

Puck dijo...

Las matemáticas y la vida real no se llevan bien, ya lo decía Sabina "porque dos no es igual que uno más uno". Me gustó tu manera de contarlo
saludillos

Deli Ruiz dijo...

Si eres uno eres todo, Su. Muchas interpretaciones. Me ha gustado tu relato. Mis afectuosos saludos.

Sandra Montelpare dijo...

A mí tampoco me cierran las cuentas, Su, pero el cuento, sí! Redondo. Aquí, un uno hace rato... Saludos van!

virgi dijo...

La unidad es lo primero.
Me ha encantado.
Besos

Rosa dijo...

Las matemáticas y la vida no suelen hacer buenas migas.

Besos desde el aire

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Me sigue gustando esta lección d ematemáticas sentimentales aquí también

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Intenso.
Saludos.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.