Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

XENOFOBIA

Fotografía de Víctor Camacho


             Fátima se sentó en el rincón más apartado del patio a observar cómo se divertían sus compañeros de clase. Echaba de menos jugar con otros niños. Sus padres le habían prometido un mundo mejor en el que crecer, muy lejos de la guerra y la miseria que amenazaba la supervivencia de los de su raza. Pero aquél no era un lugar mejor. Se sentía sola e indefensa, expuesta constantemente a las miradas de desprecio y los insultos. Ella no tenía la culpa de ser extranjera, de tener diferente color de piel, de hablar en otro idioma. Ella jamás quiso abandonar el planeta Tierra. 



10 comentarios:

omar enletrasarte dijo...

crudo y realista,
saludos

Paloma Hidalgo dijo...

Estupendas reflexiones de una víctima, aunque venga desde ¿Marte? Me ha gustado mucho

Saludos

Nicolás Jarque dijo...

Pedro, la xenofobia es una enfermedad que hay que erradicar y que no se entiende que se le transmita a niños pequeños. Muy tierno tu relato que debe servir para reflexionar.
Me gustó.
Un abrazo.

Unknown dijo...

No todavía, pero a eso vamos...

Extraordinario, Pedro!!!!

Sara Lew dijo...

Lamentablemente se tiende a relegar a lo diferente, a las minorías. Y en la escuela es en el primer sitio en el que se siente esto. Si ya es duro abandonar el propio país y cultura, más lo sería abandonar el planeta...
Interesante reflexión la de tu relato.
Un saludo.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Y aún a dar gracias que sólo la dejan apartada y no se deshacen de ella. Gran reflexión.

A.Torrante dijo...

Y sí, si algo sabemos los Trekkies es que ni los vulcanos son buena gente. Antes de ir allá fuimos a ver un vete especialista en Dobbies. Nos dijo: tendrían que haber venido de cachorros. Más o menos zafamos, pero todavía se nota...

Sergio DS dijo...

Cuantas veces noto en mis paseos que no encajo con este planeta Tierra.

Laira dijo...

Quizás sea el lugar en el que acabemos para alejarnos de la miseria y la guerra...muy triste tu relato.
Pero en cierta manera esconde toda la realidad.

Elysa dijo...

Tristeza me da pensar que ni siquiera abandonando La Tierra se pueda escapar de la xenofobia.
Para reflexionar.

Besitos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.