Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 21 de noviembre de 2011

Instinto maternal

La mujer de unos cuarenta años, entrada en canas, se acerca a la sala de los recién nacidos. Una mirada tierna, de madre recién estrenada, atraviesa el cristal. Busca con ojos bailarines al bebé. Parece encontrarlo y entonces sí, despliega una sonrisa bobalicona y se aplasta aún más contra el vidrio. En un descuido de las enfermeras, se adentra en el cuarto para coger en sus brazos a una de las criaturas. Pocos minutos después, por enésima vez, Yerma es expulsada del hospital.


Mei Morán

Blog: http://meimoran.blogspot.com

14 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Triste, sin duda; pero bien narrado, con sutileza, nos va llevando y haciéndonos pensar cuál será la solución final de la historia.

Buen trabajo. Enhorabuena.

Marilyn Recio dijo...

Muy buena! Bien escrito, me mantuvo a la espectativa todo el tiempo.



Sawabona!

Paloma Hidalgo dijo...

Con esa décima vez has conseguido que en lugar de parecerme un ladrona sin escrúpulos, me compadezca de ella. Me ha gustado mucho.

Saludos

Javier Ximens dijo...

Yo creo que así se escriben los microrelatos, trabajados, hasta en el nombre de la muejr. Felicidades.

Enmascarado dijo...

Muy bueno, escueto y con varios giros que lo retuercen.
Pobre mujer

Rosa dijo...

Plas, plas, plas..Me ha encantado.

Besos desde el aire

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Tiene que ser muy muy duro no poder tener un niño cuando lo quieres. Te lo confirmo en un par de años.
Bello y duro.

Sergio DS dijo...

Desgarrador y no alejado de la realidad. Algunos no deberían jamás tener hijos, otros muchos no deberían no poder tenerlos.

Laira dijo...

¡Pobre mujer!, esa mujer desearía tanto un hijo que sería capaz de cualquier cosa...
1 beso.

Ana Crespo Tudela dijo...

Yerma por no tener hijos y por no encontrar el consuelo.
Cuando un relato te llega a conmover quiere decir que es bueno, ¿no?
Besos

omar enletrasarte dijo...

yerma su nombre, yerma su fertilidad
triste, breve y triste

Anónimo dijo...

Vaya qué alivio, por poco creí que se lo llevaba, ¡me gustó!

Mei Morán dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.
Saludos

Elysa dijo...

Hasta el nombre es acertado como todo en el micro. Un buen trabajo.

Besitos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.