Los grandes líderes vieron que había llegado la hora. El orden de actuación lo tenían adjudicado desde hacía tiempo, y el primero de ellos subió al gran pedestal para hablar al pueblo, más hermanado que nunca. Agarró el micrófono y empezó el discurso que se repetiría en otros estados, días después. Su voz se oyó en todos los lugares, radios y televisores. Las gentes, atónitas y con las gargantas secas, clavaron sus miradas en el cielo.
Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.
¡Gracias Daniel!
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Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.
8 comentarios:
¡Excelente! Me hizo contener el aliento por un segundo, y me imaginé a mí misma boquiabierta mirando hacia arriba.
Me dejas con mil dudas y a la expectativa...Aunque pensándolo bien para oír tonterías que es lo que suelen decir los líderes mundiales, mucha cháchara y poca solución...
Besos desde el aire
Pues sí, mirar al cielo... no queda otra con el panorama que tenemos.
Un abrazo.
Lástima no les cayera un rayo a esos oradores...
Saludos, Torcuato.
En este relato el título y la frase final constituyen la clave. Me acordé de Asterix y el temor a la caída del cielo. Sí, ahora que vienen mal dadas nos acordamos de quien también la lió hace dos mil años.
Creo que se intensifica la solución extraterrestre.
Una esperanza que se agranda, sin saber que todo puede resultar peor, por otro lado si mejor utilizamos ésa inteligencia que nos han hecho desarrollar con tantas presiones, quizás logremos cambiar algo.
Ese título y esas miradas clavadas en el cielo ponen los pelos de punta.
Gracias por leer y comentar.
Un abrazo.
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