Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

viernes, 11 de noviembre de 2011

EL COHETE.

El padré ayudó al pequeño hijo a subir al interior del cohete que había construído a una orilla del jardín de la casa.
Se afianzaron sus cinturones de seguridad y el hombre manipuló una serie de palancas y botones sobre el tablero de mando, y se encendió la grabación que simulaba ruido de motores y apareció en el cristal de la nave la grabación de video que covencía que cruzaban los cielos entre naves, estrellas y planetas.
Había conectado un motor de lavadora que causaba las sacudidas del aparato, para darle un toque de realismo a ésta ilusión.
Al ver una imágen bellísima de tres soles de colores se escuchó una voz potente que decía:
---Acá Dios hablándole a Jaimito,si quieres ser astronauta de grande tienes que comer tu avena aunque no te guste.---

Luego vinieron las imágenes del aterrizaje y Jaimito descendió de la nave, atravesó el jardín y comió diligente su plato de avena.

---Papá sabía convencerme de cualquier cosa con sus grabaciones.--

Relató el comandante Jaime Zapata durante la entrevista que le hicieron al
regreso del viaje de la galaxia de junto.

4 comentarios:

Towanda dijo...

Tratándose de Jaimito, se le convence con "nada y menos".
Felicidades Carlos, me encanto.

Elysa dijo...

Bonita manera de convencerlo y elaborada también.

Besitos

Javier Ximens dijo...

Jeje, Carlos. Es bueno reírse de vez en cuando. Ingenioso padre. Ya sabes, hacer reír es difícil, y tu lo has conseguido.

Humberto Dib dijo...

Muy divertido, Carlos...
Un abrazo.
HD

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.