Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

jueves, 24 de noviembre de 2011

Descubrimiento

Ya no soy nadie y no habla el pesimista, no. Sino el que se ha dado cuenta que todos aquellos que no devolvían mi saludo, invadían mi espacio vital o no contestaban a mis preguntas, en realidad no lo hacían porque no me veían, era invisible. Y ahora me pregunto: ¿Cómo he llegado hasta aquí?

11 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡Muy bueno, Nicolás!

Supongo que habrá transitado el camino, hmmm (tiremos de adverbio), imperceptiblemente.

Un saludo.

Paloma Hidalgo dijo...

Nicolás, es estupendo, me encanta.
A tu pregunta responderé que quizás tras ser ninguneado tantas veces que hasta él ha terminado creyéndoselo.

Un beso

Rosa dijo...

Me he sentido así tantas veces...Odio saludar y que no respondan, mi madre me dijo que el saludo no se le negaba ni a Dios...

Besos desde el aire

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Fácil, simplemente pasando desapercibido.

omar enletrasarte dijo...

te has preguntado...sin articular palabra
saludos

Puck dijo...

Yo te veo... mmmm... seré también invisible? :-). Muy bueno, me ha gustado mucho
saludillos

Elysa dijo...

Tantas veces lo negaron que hasta él se lo ha creído ¿no? Pasa demasíado a menudo.

Muy bueno.

Besitos

Mar Horno dijo...

De vez en cuando no está mal ser invisible. Un beso.

Mei Morán dijo...

Quizá otra pregunta: Cómo salir de ahí? Me gusta tu soliloquio
Un saludo

ArteDeAmar dijo...

Lo importante es que yo me vea.
y yo misma me responda esa pregunta.
Buena reflexion!
Besitos de Arte.

Javier Ximens dijo...

Lo importante de este relato, para mi, es la reflexión que se hace el protagonista. Precisamente tiene algo en el pasado que le ya llevado a esa situación, quizás antes era él quien ninguneaba, maltrataba, etc.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.