Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 17 de septiembre de 2011

Desordenes

Mi vida se ha desordenado en un abrir y cerrar de ojos, antes de dormir ella estaba a mi lado y cuando desperté se había marchado. Con sus palabras escritas en rojo sobre mi agenda me destrozó el ánimo y quiso la vida dejarme sin recuerdos e ilusiones. Eso lo sabe mi director, y aunque me ha ayudado, no hay día en que me recuerde que el artículo pasado siempre es mejor que el actual. Que mi nombre se devalúa y que por este camino voy derecho al vacío. Tres días más y me despide, eso dice. En mi casa no es mucho mejor, desde que vivo una soledad cargada de sufrimientos, el olor a rosas ha dado paso a la peste del tabaco, a los restos de comida y al pollo en el horno, único recuerdo de su existencia. Mi amiga, mi hermana, que vino a visitarme quiere poner remedio, me enviará a su asistenta, no es cara y es la mar de eficiente. Si consigue purificar el aire que respiro, le preguntaré: “¿Qué tal escribes?”

Nicolás Jarque

12 comentarios:

Unknown dijo...

Precioso relato acerca de un doble trasplante. Super final.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Consigues transmitir la dejadez absoluta del personaje y lo rematas con ese final. Me gustó.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Nicolas, reflejas estupendamente el sabor del abandono, el peso de la desidia y la entrega ante la derrota.

Un contenido profundo entregado en un continente brillante.

Enhorabuena.

Puck dijo...

musa y amada todo en un uno, quien sabe quizás ahora también señora de la limpieza. El ambiente de dejadez está muy conseguido
Saludillos

Luisa Hurtado González dijo...

Espero que no tenga que escribir por él la señora de la limpieza, es demasiada esa renuncia y... por algún sitio hay que empezar a recuperarse.
Bien contado

Pluma Roja dijo...

Ingenioso relato. Me gustó mucho, tanto, que me volví seguidora de Nicolás.

Saludos cordiales.

Elysa dijo...

Muy bien reflejado ese abandono y la desidia que impera en su vida.

Besitos

Anónimo dijo...

Ese final de humor agrio es la rendición total, el fondo que hay que tocar cuando uno se hunde, quizá para impulsarse de nuevo. Saludos.

Nicolás Jarque dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios en el estreno de "Microrrelatista".

Un abrazo y me alegrado que os haya gustado.

Javier Ximens dijo...

Muy bien. La mujer que le abandonó era su musa o su negra (como escritora). Ahí queda la duda, lo sí está claro que además limpiaba la casa. ¡Que le despidan! Me ha gustado el relato.

Paloma Hidalgo dijo...

Nicolás un micro estupendo, aunque su prota me deja con la duda de si se lo propondrá por abatimiento o si es esa la técnica que justamente, ha provocado el abandono de la primera...
Un abrazo.

Ana Crespo Tudela dijo...

Como siempre en tus relatos, el final es genial. Una suerte poder seguirte.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.