-Abre los ojos –y un golpe en la cara me incitó a obedecer.
Desde que me habían secuestrado, atado, amordazado y tapado los ojos, había entrado en un estado cercano al sueño, en una monotonía que no tenía fin pero que parecía que tenía horarios: los marcados por las palabras que llegaban a mis oídos. Come, ve al baño, hueles mal, bebe ahora, duerme, ahora no,…
-Abre los ojos –y me cruzó la cara de nuevo.
Mi mirada se posó entonces sobre el rostro que durante días se me había estado ocultando.
-Hola, guapo –dijo-. He pensado que te gustaría estar consciente, que me agradecerías poder vivir este momento tan importante en tu vida.
Aquello no me gustó. Los discursos nunca son una buena señal, nunca en mi trabajo.
-Vas a morir, amigo, pero… como sólo se muere una vez, no puedes perdértelo. ¿No crees?
La frase era buena y el compañero sabía representar su papel. Aunque ya la hubiese repetido muchas veces a lo largo de su vida, tuve que admitir que le ponía sentimiento. Un bonito detalle por su parte; siempre es mejor morir en manos de un profesional, porque si es realmente bueno puede que lo último que hagas en esta vida sea admirarlo.
Por otra parte, mi papel era bastante más simple. Sólo tenia que quedarme con las ganas de escupirle a la cara y darle una patada en los huevos.
10 comentarios:
Admirar a su asesino...Uff, que fuerte... Me gustó.
Besos desde el aire
La admiración tiene cotas incomprencibles. Me recuerda, vagamente, la cita biblica: "Amar a tus enemigos". Buenísimo.
Es un micro impactante, ya me lo pareció cuando lo leí por primera vez, un relato intenso y muy bien llevado del que lo que más me gusta es el tono flemático del prota.
Un abrazo
Tiene también lectura de puesta en escena.
Buen micro.
Es simple, por lo menos asi me lo parece en la lectura que le di, pero termina creando dos personajes bastante interesantes... un asesino carismático, y una futura víctima bastante extraña.
Saludos
No conocía este micro, que dibuja la calidad que le conocemos a Luisa.
Es circular, en cuanto deja el sentimiento que la víctima podría haber intercambiado posiciones con el verdugo. Solo un asesino es capaz de valorar a otro en toda su magnitud.
Tan es así, que no me ha dado ni lástima.
Enhorabuena, Luisa -una vez más-.
Parafraseando otra frase conocida, sería algo como: Cuando la muerte es inminente, relajate y goza o al menos da gracias que te va a tocar un pro. Aunque hubiese tal vez preferido estar dormido.
Ayer no tuve tiempo de pasarme por aquí y daros las gracias por las palabras.
Como apuntais el trabajo bien hecho sólo pueden reconocerlo los profesionales, sea el trabajo que sea. No hay miedo, no hay dolor ni esperanza, se vive el momento con frialdad; se mata o se muere sin mayores dramas.
En todo se agradece un trabajo bien hecho.
Muy buen relato, me gusta...y que triste morir así, auqnue el trabajo lo haga un profesional es mejor hacerlo en algún sitio rodeado de tu gente...
ojalá le escupiera y le diera una buena patada antes de morir.
1 beso.
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