Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

martes, 10 de mayo de 2011

Tu rostro

Todas las mañanas pasaba por la misma esquina rumbo a su trabajo. Un día, tropezó con Ella. Se disculpó y pensó que su cara no le era extraña. Una tarde, en otro lugar, volvieron a encontrarse bajo una torrencial lluvia que calaba los huesos. Ella lucía empapada, quietecita, esperando el bus. Se acercó a la fila de personas y la cubrió con su paraguas, un rato. Cuando la mujer ascendió al transporte, Él, se despreocupó y siguió su camino hasta la cochera donde había dejado su automóvil para protegerlo. Dos años habían transcurrido desde aquel tropezón y no tuvo problemas para reconocerla, sin embargo no lograba ubicar tiempo, ni modo, ni lugar, donde la hubiese visto por primera vez. Terminó por convencerse que le recordaría a alguien parecido. Una noche de invierno, las sirenas ululantes quebraron el silencio de aquel barrio. Rápidamente lo trasladaron hasta el Hospital donde lo esperaba un revuelo de uniformes, verdes, lilas, blancos. Vio todo negro y no recordó nada más. Entre tinieblas y cuerpos nebulosos, un rostro conocido se le presentó. Era Ella, que aparecía y se esfumaba, pero esta vez, le decía: "Vamos, vamos, ya pasó todo, despierte, despierte. . ." 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La narración me gusta, y la conducta del protagonista me desconcierta ¿por qué tanta indiferencia a los símbolos del destino? Intrigante.

Unknown dijo...

Inquietante!!!
Me encanta, Millz M

Un abrazo

Tonet dijo...

Que iluso...al final el destino siempre te encuentra ...

Un abrazo :)

Deli Ruiz dijo...

Gracias amigos por comentar. Tantas señales que nos da el destino y qué pocas advertimos. Un abrazo

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.