Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 2 de mayo de 2011

La Cazadora

Era un aroma extraño, no era perfume ni colonia, no era jabón ni crema, ni siquiera era champú; era un olor dulce, muy dulce, sin llegar a ser empalagoso. Lucas, inquieto, buscaba a su alrededor la fuente de aquella fragancia perturbadora, imaginó que así debería oler la ambrosía,  se movió con rapidez entre la gente, sin entender por qué nadie más lo acompañaba en su búsqueda, y al cruzar por una esquina encontró que su nariz sentía el aroma con mayor intensidad, se estaba acercando al ser que olía tan deliciosamente; sí, ahora sabía que aquel olor no podría provenir de una comida, ni siquiera de la de los dioses, provendría de un ángel tal vez, seguro, tenía que ser un ángel. En el momento en que la vio, entre el tumulto, Lucas palideció, se sintió mareado, sólo la veía de perfil y, aunque no tenía alas, sabía que ella era su ángel; se encontraba a escasos cuatro metros, y las piernas le temblaban mientras seguía, valiente, sorteando gente en su camino rumbo al ser más hermoso que jamás imaginó. Su mirada estaba encallada en el rostro de la aromática mujer mientras ésta, quieta, parecía esperar a alguien; el corazón de Lucas empezó a palpitar con extraordinaria rapidez cuando, apenas a metro y medio de su angelical dama, vio que ella giraba su rostro hacia él. Y fue así cómo, cuando su mirada fija se encontró con la de ella, sintió que su alma lo abandonaba, sin pedirle permiso, sin pedirle perdón, salió a través de su mirada y fue a buscar, como imantada, a su nueva dueña, quien habiendo encontrado lo que esperaba, giró sobre sí misma y desapareció entre la muchedumbre.

10 comentarios:

David Figueroa dijo...

Apenas me entero, por eso lo publiqué tan tarde.

Pepa dijo...

Uf!...Gracias.

Unknown dijo...

No todos los ángeles son de fiar...
Un abrazo!

Unknown dijo...

Magnífico. Pleno de fondo. Como ver sólo lo externo del glaciar.

Rosa dijo...

le hubiese venido bien tener la nariz tapada.
Muy buen micro.
Saludos.

Sergio DS dijo...

¿Puede alguien enamorarse a través de un aroma?...
Sí, CATEGÓRICO.

mínima importancia dijo...

precioso enamorarse y precioso hacerlo de un modo tan tierno!

Pedro Alonso Da Silva dijo...

El aroma de un amor que embriaga los sentidos hasta el extremo de perder el alma, ¡sublime! Un abrazo, David.

Sucede dijo...

Los olores se convierten en perfumes en ocasiones... y tú David, has logrado transformarlos en perfumes y que seamos capaces de sentir esa forma de materializar un sentimiento.
Perfecto.
Saludos!!

Mixha Zizek dijo...

Buen micro relato, muy interesante, saludos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.