Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 9 de mayo de 2011

EVENTUALIDADES.

En el Instituto de Estudios Acerca de la Realidad y sus posibles causas. Las oficinas estaban tapizadas de fotografías que mostraban todo tipo de sucesos que involucraban las sociedades humanas.
Sonó el teléfono en la oficina del secretario de asuntos convencionales, y fué el mismísimo quien contestó,  la voz que escuchó preguntaba por el líder de los extraterrestres. Harto de recibir llamadas burlonas ésa semana, le gritó que ahí no se había dado presencia de algún alienígena, es más que a su opinión éstos eran un mito . No acababa de proferir ésto cuando la flotilla de micronaves entran por el muro y los cara de rana emergen y lo achican y lo encapsulan e incrustan en el muro del baño del pasillo a donde queda condenado a tres meses oliendo excrementos de éstas especies intergalácticas.
Una vez puesto en libertad como reacción paranoide se buscó un empleo como taxista y para contarrestar el mero recuerdo del horrible aroma que quedó para siempre en sus narices, colgó del espejo retrovisor un calcetín con materia fecal de gato sardinero, lo cual disgustó a los pasajeros a quienes además enfureció por obligarlos a pagar el transporte aún cuando le pedían bajarse antes de concluir el viaje. Lo reportaron a las autoridades correspondientes. Pero  nadie atendió las quejas.
La anarquía había comenzado.

3 comentarios:

puri.menaya dijo...

Desde que se los extraterrestres se llevaron por delante al secretario de asuntos convencionales, éstos han dejado de existir...
Carlos, una sugerencia: agradecería alguna coma más en el texto, casi me quedo sin aliento leyéndelo...
un abrazo

Unknown dijo...

Ojalá además de escritor, resultes profeta.

Un abrazo

Unknown dijo...

Gracias a todos quienes amablemente prestan su atención a éstos asuntos intergalácticos que pudieran suceder.
La falta de las comas fué por el terror de verme nuevamente amenazado por viruses de la red que me han hecho dedicar una hora cada semana a estarlos reparando con el del servicio telefónico.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.