No hay nada comparable con la noche saltando por los tejados al son que le toca la luna llena. Yo salto con ella hasta que la curiosidad me hace asomarme a la cocina donde Julia está preparando una tortilla de patata. Sigo mi camino pero enseguida veo en otra ventana a Carlitos terminando los deberes entre bostezos y pienso que podría ser mi hijo si Marga no me hubiera dado calabazas. Me cuelo por la terraza de Dorita, siempre tuve curiosidad por saber cómo sería la cama de ese pedazo de mujer pero unas sábanas de franela rompen en pedazos el misterio. Salto al comedor de los Sánchez y le encuentro a él roncando ante el televisor mientras ella maldice su suerte abrazada a una botella de coñac. Vuelvo a los tejados con los gatos a bailar con la noche y a visitar las vidas de otros. Es la única ventaja de estar muerto.
Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.
¡Gracias Daniel!
viernes, 3 de febrero de 2012
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Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)
1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.
2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.
3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.
4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.
5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.
6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.
7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.
8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.
9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.
10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.
Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.
8 comentarios:
Observar la vida de los vivos...
Besos desde el aire
Permanezco en trance al contemplar tan hermoso micro.
Un poema a lo posible y a lo que no fué desde la omnipresente mirada de un muerto.
Una joya. Bravo Esperanza.
Siempre me dejáis con la boca abierta con los finales.
Un gusto pasarse por aqui.
Saludos^^
Si bien hay un aire en el texto que lleva a imaginar el posible remate, el micro es una hermosa poesía.
Me encantó.
¡Saludos!
Lo que más me gusta de tu micro es que el muerto que lo protagoniza está muy vivo.
Un abrazo
Absolutamente maravilloso. Deambular por los tejados observando la vida pero ya fuera de ella, un alivio pero también muy triste. ¿Maullará como los gatos a la luna?. Un beso Esperanza.
Tiene un sabor agridulce, está entretenido mirando las vidas de los demás, pero él está muerto.
Excelente, Esperanza.
Besitos
Sí claro, sólo un desencarnado podría gozar de tanta libertad, aunque el estado fantasmagórico no lo asociamos a menudo con la libertad, pero vaya, ¡¿qué sabemos los mortales de la muerte?!
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