Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

jueves, 19 de enero de 2012

Huida


Saltó la valla con cuidado, pero aun así su vestido de tul se enganchó con las púas de los alambres que, a su vez, estrangularon sus finos pies de bailarina.
Su ingenuidad le llevó a pensar que su única cárcel era la caja de música.






19 comentarios:

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Muy agudo. En mi opinión, todos estamos en muchas cárceles, y en la mayoría de ellas nos encerramos solitos.

Rosa dijo...

Sugerente y mágico...Enhorabuena Sara.

Besos desde el aire

Sergio DS dijo...

Una cárcel para el deleite ocasional de muy pocos. Qué pena.

Byron C dijo...

Si es que no estamos preparados para enfrentarnos a todo lo que nos espera allí fuera.

Un saludo.

Nicolás Jarque dijo...

Sara, a veces no nos damos cuentas que estamos presos en muchas cárceles. La bailarina, claro, no lo sabia. Muy buena esa sorpresa final.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Un micro con pluralidad de sentidos. Uno nuevo por cada emoción que nos recorra al momento de leerlo.

Abrazos, Sara!

MJ dijo...

Lo leí cuando lo publicaste en tu blog. Y al volver a leerlo disfruto de la delicadeza de este precioso canto a la libertad.

Un beso, Sara.

Pluma Roja dijo...

Exelente micro.

Felicitaciones.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Medido, agudo, con un punto irónico -todos somos bailarinas- y con un regusto conmovedor.

Gran trabajo.

Un saludo.

Sara Lew dijo...

¡Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!

Abrazos fuertes.

Anónimo dijo...

Excelente corto y conciso. Una ilustración hermosa.

Verónica O.M. dijo...

¡Bonito micro! somos presos de nosostros mismos, hay que salir de esa cárcel que en un momento dado nos impusimos por ignorancia, dolor etc.
La libertad, es el bien más preciado que podamos desear.
Un saludo

Humberto Dib dijo...

Corto, bello, delicado...
Un beso enorme.
HD

Laira dijo...

Al leerlo te imaginas a una pequeña muñeca bailarina que sufre por su libertad.
Besos.

Mar Horno dijo...

En muchas ocasiones no sabemos que estamos presos e incluso equivocamos la cárcel donde nos creemos encerrados. Precioso, preciso. Una delicia, como siempre. Un beso.

Unknown dijo...

Hermoso relato acerca los seres musicales que hace tanto tiempo eran los primeros robots.

Unknown dijo...

Hermoso relato acerca los seres musicales que hace tanto tiempo eran los primeros robots.

Miguelángel Flores dijo...

Ahí está la cuestión: el más libre es aquel ingenuo que cree serlo. Los que dejamos atrás esa inguidad sabemos de sobras que en este mundo nuestro, de libres, nada.
Oye, Sara, precios el vestido de tul de la ilustración.

Abrazos

Javier Ximens dijo...

Otra metáfora de la vida. Todos vivimos en burbujas y si se nos ocurre tratar de escapar los vestidos de tul se enganchan en las púas de los sistemas establecidos. El dibujo me gusta, Sara.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.