—Señor… ¿Qué hacemos hoy? hay mucho trabajo.
—Hoy quiero descansar Gabriel, no… tal vez no debamos concluir este juego cuanto más lo pienso más convencido estoy de que no debimos iniciarlo...
—Pero, Señor, no podemos hacer eso, no es justo.
—Hoy quiero descansar Gabriel, no… tal vez no debamos concluir este juego cuanto más lo pienso más convencido estoy de que no debimos iniciarlo...
—Pero, Señor, no podemos hacer eso, no es justo.
—¡Gabriel... te he dicho que me dejes pensar! Ni tú ni tus hermanos tenéis nada que decir, este juego lo inicié yo y cuando decida lo puedo cortar.
—¡Pero Señor...!
—¿Quieres enfrentarte a mi cólera? ¿De verdad te siente capaz de enfrentarte a mí? La próxima vez no vas a jugar. No… está claro, eres un poeta, dedícate a tus poesías ese es tu patrimonio, este entretenimiento es demasiado crudo para un alma sensible como la tuya, definitivamente no debí dejarte participar, la culpa no es tuya, yo sabía que no te lo ibas a tomar bien, acuérdate, ¿Qué te dije?
—Ya lo sé, Señor, que me lo tomará como un pasatiempo, pero es que no puedo evitarlo, yo lo vivo, lloro, sufro. Me emociono con ellos, son tan débiles, tan curiosos, tienen tan poca caducidad. Perdóname, pero ha sido muy gratificante, dijiste que íbamos a trabajar en un juego de crear mundos; debíamos darles forma, cielo, tierra, agua, flora, fauna… avanzamos mucho, cada uno elegimos un globo y todos opinasteis que el mío era el mejor. Mientras descansabas le di un nombre! ¿Quieres conocerlo?
—Definitivamente, no, Gabriel...
—Señor… Señor… escúchame, lo llamo Tierra y lo amo, no me puedes hacer esto ¡Te lo suplico!
—Gabriel, se acabó, me voy a descansar, cuando vuelva quiero que el tablero esté completamente limpio y listo para iniciar otro juego que he pensado.
—¡Pero Señor...!
—¿Quieres enfrentarte a mi cólera? ¿De verdad te siente capaz de enfrentarte a mí? La próxima vez no vas a jugar. No… está claro, eres un poeta, dedícate a tus poesías ese es tu patrimonio, este entretenimiento es demasiado crudo para un alma sensible como la tuya, definitivamente no debí dejarte participar, la culpa no es tuya, yo sabía que no te lo ibas a tomar bien, acuérdate, ¿Qué te dije?
—Ya lo sé, Señor, que me lo tomará como un pasatiempo, pero es que no puedo evitarlo, yo lo vivo, lloro, sufro. Me emociono con ellos, son tan débiles, tan curiosos, tienen tan poca caducidad. Perdóname, pero ha sido muy gratificante, dijiste que íbamos a trabajar en un juego de crear mundos; debíamos darles forma, cielo, tierra, agua, flora, fauna… avanzamos mucho, cada uno elegimos un globo y todos opinasteis que el mío era el mejor. Mientras descansabas le di un nombre! ¿Quieres conocerlo?
—Definitivamente, no, Gabriel...
—Señor… Señor… escúchame, lo llamo Tierra y lo amo, no me puedes hacer esto ¡Te lo suplico!
—Gabriel, se acabó, me voy a descansar, cuando vuelva quiero que el tablero esté completamente limpio y listo para iniciar otro juego que he pensado.
Gabriel agacha la cabeza, pliega sus alas y cabizbajo se retira. En ese momento comienza el Armagedón.
8 comentarios:
Éste paraleliza mucho con el tipo de explicaciones que algunas religiones pretenden que creamos ciegamente. Buena ironía , con su contenido de Dioses antropomórficos y seres alados mitológicos; quienes manifestaban su presencia ÚNICAMENTE, por aquellos entonces, apto para creyentes de lo que les presenten; mayormente a quienes a través de sistemas escolares les han inculcado ésto desde niños.
Para quien se detenga a pensar por su cuenta, y no gusta donar su inteligencia a ser manipulada por terceros, resulta de extrema pretensión que un humano nos explique como es un Dios; total falta de humildad. Con lo sencillo y honesto que resulta decir : No lo sé.
Y considero igual de pretencioso negar la existencia de un Dios.
Pueden sencillamente responder igual : No lo sé.
Muy apropiado para un día de Reyes. Me gusta mucho el relato y esa idea de mundos dentro de mundos. De hecho yo intenté un micro con esa idea pero no acabó de quedar bien.
Un relato trazado en diálogos, muy del registro de esta autora casi "hemingwayana".
Aunque los personajes se sospechan desde un principio, la idea de cómo comienza el principio del fin me parece muy buena.
Aplausos y besos, Elysa.
Ely, ¿habrá solución para el juego de Gabriel? Un escondite, una esperanza? Creo que este ángel es listo, algo se le ocurrirá.
Estupendo relato.
abrazazos
L;)
La vida, el mundo es como un gran tablero de juego. Las reglas son injustas, arbitrarias. Ya decía yo, y es que no somos dueños de nuestro destino. Gabriel, espero que nos ayudes. Un beso Elysa, estupendo micro.
Sí bonito, pero sí predecible.
Me encantan tus diálogos Ely...
Besos desde el aire
Lo que te dije en su día, Elysa, los soberbios son así, se creen dioses.
Publicar un comentario