Necesito beber de tu pecho, Oh Ginger, he de volver al caudal que una vez tuve. Recuperar la compostura de mi viaje y no perder el horizonte; donde el sol es liado entre tus cabellos rojizos.
Te comprendo, te apaciguas, te conviertes en solo musa. Mis manos son el instrumento donde tu espíritu insufla la paz de los mortales.
Pero necesito más.
Lo deseo. Quiero que mi pecho se "enchide" con solo tu sabor. Entre la respiraciones agitadas consiga la muerte del ser, para convertirme en algo tan puro como tu risa. Los bucles de tu pelo se tornasolan en la piel cansada, que es caja y salvaguarda de un corazón tan maldito, como los epígrafes más bellos escondidos entre los contornos de tu piel desnuda.
Eres vida.
Se mi vida, se lo que una vez ansié en un cuerpo, que cada día se marchitaba lúgubremente.
Oh, diosa nacarada. Concibe la paz por un instante, a las manos desnudas que te crearon, por que no soy tu padre, no soy tu dios. Son un siervo que creó a alguien que es concebido como una diosa.
Dame la paz tan anhelada, con un beso, una caricia, un deseo o un susurro. Pero dame algo que no sea la muerte sola de mi alma.
2 comentarios:
Muy bueno. Un pedido importsante. Un abrazo.
Bonitas palabras agilmente trenzadas. Felicidades.
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