Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 6 de febrero de 2013

La magia del fuego


El intenso calor la acosaba. Las llamas empezaban a lamer su cuerpo. Y más allá, entre el humo, aún podía ver las miradas llenas de miedo de aquellos que la habían declarado culpable de brujería, a los que atemorizaban su pelo rojo, su rebeldía y su descaro.
Eligió a una mujer que como todas era pálida, vulgar y transparente, ésa que  movía los labios como si rezase y hacía resbalar sus dedos nerviosos por un rosario desgastado.
La bruja logró que las yemas de sus dedos rozasen los amuletos que aún escondía entre la ropa, comenzó a susurrar extrañas palabras y, para cuando concluyó el conjuro, la mujer de pelo rojo era una más entre las personas del pueblo, tan vulgar y transparente como ellas aunque sus labios permaneciesen sellados y no rezasen. Tuvo  que admitir entonces que, gracias a la belleza hipnotizadora del fuego y a los gritos desgarradores de la desgraciada por la que se había cambiado, el espectáculo no defraudó a nadie.

8 comentarios:

jaal dijo...

Casi todos contentos...

Saludos

Paloma Hidalgo dijo...

Eso de trasmutarse me gusta, a ver si un día de estos aprendo a hacerlo.
Muy bien Luisa.

Kristalle dijo...

muy buena la entrada
besos

Simone Larriviere dijo...

felicidades por la manera de describirlo :)

andrea dijo...

Está genial, me ha entrado yuyu al imaginarme a la pobre mujer transparente agonizando entre el fuego.

Mei Morán dijo...

Me han entrado escalofríos con la transformación y la agonía. Bien escrito.
Un abrazo Luisa

El Eskimal dijo...

Un acto de salvación de la hechicería: cambiar los cuerpos y dejar el castigo a otro. Muy bueno.

El Eskimal dijo...

Un acto de salvación de la hechicería: cambiar los cuerpos y dejar el castigo a otro. Muy bueno.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.