Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 9 de septiembre de 2012

Sesión

En una sola sesión me quitó las ganas de fumar. Sí. También me quitó las ganas de alcohol, la necesidad de dulce y el hábito estúpido de comer pipas cada vez que me ponía nervioso. Fíjate. En menos de veinte minutos tuvo tiempo para hacerme perder el apetito, la costumbre de eructar después de las comidas y el vicio ese de mover constantemente las piernas cuando no sé qué decir. ¿Ves? Ni un espasmo. Impresionante. Llegué allí de casualidad. El amigo de un amigo de un amigo. Una maravilla. No recuerdo lo que me cobró pero desde que fui parece que puse la vida a cero. No puedo reprochar nada. Es como si no hubiera ganas de hacer daño a nadie, como si no hubiera pasado. Así que aquí me tienes. Bueno. ¿Empezamos? Ya parece que hay menos nervios. Ahora sólo tienes que relajarte mientras me miras, muy fijamente, a los ojos.


8 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente descripción del estado alfa o gravedad cero como algunos le llaman; quizás la forma de felicidad más duradera.

Ely dijo...

Creo que no acabo de entenderlo... me siento un poco estúpida pero es que me gusta... es raro ¿no? (me doy miedo)

Cabopá dijo...

Una sesión muy bien contada, muy bien aprovechada...

Encantada de conocerte
Besicos

De Musas y otros cuentos dijo...

Hipnotizado hipnotizador, y así sucesivamente, hasta el fin de los tiempos... Cautivante relato.

Jon Igual dijo...

Que conveniente no acordarse de cuanto cobró. Muy bueno.

Citopensis dijo...

Gracias a todos por los comentarios.
Un saludo, Alberto.

Unknown dijo...

yo quiero una sesión... :D.

nice micro.

Lucas Fulgi dijo...

Por un momento imaginé que el que hablaba estaba muerto. No se acordaba de las cosas, no siente necesidades que antes tenía, pierde sus hábitos...

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.