Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 9 de septiembre de 2012

Pertenencia

Caminaba en el bosque. No sabía adónde iba, ni el porque de sus pasos. Pero allí, entre los árboles, se sentía acogido por el verdor palpitante de la vida.
Se había despertado de madrugada para ver las constelaciones. Era uno de sus alimentos: las estrellas y sus nombres, las nebulosas, los cúmulos, las gigantes enanas.
Cogió un abrigo y salió a la noche. Así fue como se encontró en el bosque inmenso, inmenso como su tristeza. Caminar en la noche frondosa le resultaba algo atávico, que no podía ni quería controlar. Entre los troncos se sentía seguro, en paz.
Las cortezas emanaron un ligero efluvio, el suelo chasqueó bajo sus pies y únicamente extrañó el titilar celeste. Tropezó con ramas, apartándolas sin temor. Sentía que el bosque le pertenecía de siempre, que los árboles eran su familia, que lo protegerían, que le darían el amor que nunca tuvo. Fue de este modo como lo encontré, abrazado a un árbol y con las extremidades enroscadas a un tronco. Del torso nacían brotes nuevos y por su piel se paseaban bichos minúsculos, arañas y lentos escarabajos.

Le adiviné una sonrisa sosegada y los ojos reflejaban aún el brillo de las estrellas. 

Autora: Virginia González Dorta

18 comentarios:

virgi dijo...

La tristeza del relato se me compensa con la alegría de leerlo aquí.
Montones de gracias, montones de besos.

Carmen Silza dijo...

Triste pero con mucho encanto, me encanta Virginia.Un beso

Isabel dijo...

Hermoso y poético.

Da gusto leerte.

Abrazos.

De Musas y otros cuentos dijo...

Buscó un refugio, no por morir, sino por vivir para siempre. Estremecedor.

Esilleviana dijo...

Yo lo sentí como un renacer, como una compleja reencarnación que más allá de una nueva forma espiritual, sería un volver a tomar fuerzas y energía a través del árbol. Me encantó jaja.

ps: soy muy subjetiva frente a tus relatos, siempre me gustan :))

un abrazo

María Socorro Luis dijo...

Es fantástico, Virgi; una verdadera joya.

Hoy soy un poco mas feliz, he leído dos cuentos tuyos preciosos.

Sigue escribiendo, por favor, tienes un don especial.

virgi dijo...

¡Qué lujazo, los piropos que me perfuman el corazón! Gracias. Tantísimas.

Unknown dijo...

Bien Virginia.
Nos recuerdas que hay tanta gente que debería arbolizarse.

Cabopá dijo...

Será triste, amiga, pero es delicioso es un texto que inunda el alma...

Cuánto me alegro de verte por aquí,vecina...

Besicos querida Virginia.

Aristos Veyrud dijo...

Quien se funde con la naturaleza florece en su espíritu y acoge los astros y las estrellas en su mirar.
Abrazos!!!

gaia07 dijo...

Te aseguro que he vivido eso que cuentas.

Un abrazo

virgi dijo...

Carlos, Cabopá, Aristos, Gaia: gracias efusivas, montones.

alfonso dijo...


· Ahí me encuentro, en un bosque de hayas, mi bosque favorito. Algún día, debiera desaparecer dentro.

Escribes divinamente.

· BdPH

CR· & ·LMA
________________________________
·

tanci dijo...

Me llega, me llega. Me inunda, me inunda. Me aumenta, me aumenta. Gracias. Un abrazo grande.

virgi dijo...

¡Ah, mil gracias, qué detallos@s!
Besos y besos

mili dijo...

Es un texto que te golpea, pero que invita a reinventarse
Gracias

Anónimo dijo...

El lenguaje oscila desde la agradable sorpresa hasta el diccionario. El personaje es inquietante, igual que su apariencia final.

virgi dijo...

Gracias a las dos, ahora las veo.
Besos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.