Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 30 de agosto de 2010

Psicosis Breve

Las voces siempre me dijeron que debía matar a mi ser más querido. Es por esto que no podré terminar de escribir esta historia.

Juan Vásquez

5 comentarios:

Maite dijo...

A esto es a lo que te puede llevar el narcisismo :-O

Anita Dinamita dijo...

Mejor no hacer caso a las voces y sí a ese ser tan querido que es uno mismo

Unknown dijo...

Hay que recordar que escuchar voces es siempre considerado como un determinante de locura, y ésto no lo cambiará un micro ,más que dentro de la ficción misma.
Pregunto,¿Porqué quienes escuchan voces es común que digan que éstas les ordenaron alguna matanza, o cometer alguna maldad?
¿Porqué no ha habido uno solo que le ordenen que se meta a una casa a dejarla en perfecto aseo en ausencia del dueño, o porqué a ninguno las voces le ordenan lavar todos los coches de los vecinos en la madrugada.
Como ven hacen falta unas voces positivas.

Juan Vásquez dijo...

Maite, sí el exceso de amor propio es así, aunque no podemos olvidad que debemos tener una buena dosís de el (alguna vez te has preguntado a quién buscas de primero en una foto y porqué).

Anita, ojalá la libertad de decidir diera para tanto, jaja un abrazo!

Carlos, seguramente sí hay muchas otras voces (de hecho conocí la de la limpieza y era inguantable) pero la del asesinato es la más cliché. Voces psicoticas, tanto como psicóticos

Anita Dinamita dijo...

Carlos, te recomiendo que veas la peli "Hierro 3" si no la has visto ya (o que repitas, claro)

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.