Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 9 de agosto de 2010

CONTINUIDAD.

A pesar de estar al tanto de que la vida es un acto efímero,se levantó el lunes por la mañana,contra sus deseos,y decidió acometer al día laboral,pues a éste también lo conocía como algo pasajero,pero que le mantendría cobrando un salario que a su vez sostendría el tren de gastos,y así ganar el tiempo para terminar la novela acerca del tipo con poderes mentales que logra por telepatía que otros le depositen a su cuenta bancaria,o desarrollar éste poder en realidad.Cualquiera de éstas dos que suceda primero.Hasta éste momento ya logró que le depositen 14 dólares los dueños de una poderosa empresa.No es mucho,pero por algo se empieza.

2 comentarios:

anuar bolaños dijo...

Todas sirven
Al momento de probar la guillotina
La vibrante espada o la daga roma,
Cuando se haga necesario ocupar el cepo
O girar el arranca-miembros.
Puede ser el gas que derrite los pulmones
O el voltaje que tuesta el pellejo,
Quizás una cerbatana del amazonas
Y también un flecha de los Sioux.

Si el aceite está hirviendo
O el agua se encuentra en ebullición,
Si la hoguera florece
O los fusiles ya fueron alineados.

A la hora de descargar el hacha
O tirar de la soga,
Para que entre la bala
O el porrazo caiga.

Bajo la presión de la almohada que impide asir el aire
O en medio del aturdimiento del agua que lo reemplaza.
No habría porque descartar la cicuta
O el empujón hacia el acantilado.

Para su pasatiempo celestial todas sirven.
Al momento de probar sus destrezas de matarife,
a Dios, la cabeza de cualquier poeta le sirve.



anuar bolaños.

Unknown dijo...

Éste poema muestra con que facilidad matan nuestros cuerpos,aquellos que nunca pudieron alcanzar nuestras almas.

Gracias por publicarlo aquí.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.