Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 27 de julio de 2011

El profesor

El profesor dice nombres como si escapara en sílabas la tabla numérica. Los niños y niñas, en silencio, alzan la mano a toda velocidad. Saben que no estar es no ir de excursión.
El viaje transcurre entre voces chillonas, un par de vómitos y la cabeza como un bombo del conductor. Una parada para que todos hagan pis y otra parada para que los mayores se tomen un café bien cargado.
Los alumnos, pequeños seres descontrolados, corren por el campo como si alguien les hubiera inyectado vida en las venas. Los árboles son cabañas, las piedras armas y las flores excusa para elegir entre la duda. Orbitan entre vacas, toros, insectos y un par de salientes mal señalizados.
Termina la visita y el autobús regresa puntual. Los niños se dejan llevar por el sueño y caen rendidos sobre el gris de los asientos. Nadie canta y nadie protesta. No hay paradas y el atasco de entrada a la ciudad se convierte en motivo de un par de "cuando llegamos" que no pasan a mayores.
Al llegar el profesor toma la lista y repite los nombres. Los críos ya no corren en alzar la mano y algunos se anticipan al ser ya conocedores del orden alfabético. Entre cierta confusión los asientos se vacían y se despeja de mochilas el maletero.
La calle del colegio queda desierta y el profesor, cansado de tanto niño, se dirige a su coche. Entonces siente que alguien le toca la espalda.
- Falta mi hijo - escucha.
El profesor saca la lista. Tras unos segundos y un gesto de sorpresa responde a la madre.
- Lo siento, según esto ya no estaba esta mañana.
Después da la vuelta mientras suspira.
Está deseando regresar a casa.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uf, dice la canción "hasta la belleza cansa", y logra cansar en extremo, por lo que veo. Me gustó.

Anónimo dijo...

Es un relato que me produce ansiedad.

Claro que lo que no me gusto fue la actitud del profesor.

Que mala idea...Creando relatos jajaja

Un saludo.
Sicilia.

Pilar dijo...

Me encantó.

Citopensis dijo...

Gracias por los comentarios.

Nos leemos.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.