Lalita despierta llamando a su madre en la mitad de cada noche; tiene miedo, pues el lugar en el que duerme no se escucha ni el silencio. Cuando Lalita, desde su tumba, llorando clama: Mami, mami!, el fantasma de su madre acude a leerle dulces cuentos, para que vuelva a dormirse, pensando que todo es un mal sueño.
Andri Alba
Andri Alba
Hola amigos, por fin me estreno en este espacio. Gracias por dejarme participar.
ResponderEliminarUn abrazo,
Andri
Saluditos, Andri. El recurso del sueño en la ficción es un tópico de tópicos, no es fácil darle un toque original, pero tú te has acercado. Un abrazo
ResponderEliminarCuan clara es tu visión de la permanencia de la muerte y la incomprensión de la misma por quienes pierden a los queridos.
ResponderEliminarDebemos aprender a reírnos de la muerte. Grabemos nuestro rito fúnebre-comedia para deleite de los dolientes.
Para una madre o un padre, esa llamada en medio de la noche quedará siempre grabada, espero que no hasta la tumba.
ResponderEliminarUn abrazo
Las madres lo son siempre.
ResponderEliminarBuen inicio.
Creo que es la primera vez que te leo: HA SIDO UN GUSTO.
ResponderEliminarUn abrazo.
No pude evitar sentir tristeza y pena, y admirar de nuevo a los escritores que pueden ponerle un toque de dulzura...hasta a la misma muerte
ResponderEliminarQue bonito,
ResponderEliminarme ha gustado mucho
saludos