Subidos en jirafas, nos dirigimos a la búsqueda y caza de los pájaros gigantes. Estos animales, días atrás, arrasaron nuestro poblado. Tres lunas sin apenas descansar y por fin uno de los soldados alerta al resto. En tierra, carbonizado, está el ejemplar más grande que ninguno haya visto. Algo le atacaría mientras volaba, digo, y al caer se provocó una profunda herida. Entramos por ella y con enorme pena descubrimos, dentro del estómago de la bestia, a otros, recién devorados.
No hay que confiar en que toda bestia sea vegetariana.
ResponderEliminarNo sé por qué me da con pensar en aviones fuera del tiempo sobre una civilización extraña al leerlo. Un abrazo.
ResponderEliminarMe gusta el ambiente que deja en las entendederas.
ResponderEliminarAbrazos, maestro.
Desborde de imaginación, me ha encantado Torcuato!!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Me gustó el comentario de carlos de la parra y lo comparto.
ResponderEliminarUn abrazo, Torcuato,
Yo
Siempre me ha resultado curiosa la explicación "lógica" que damos a las cosas que no conocemos. Ellos interpretan el avión, nosotros las civilizaciones antiguas desaparecidas por objetos que a saber para qué utilizaban
ResponderEliminarSaludillos
Este micro me ha parecido genial siempre... :)
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