Dejé el personaje de mi último cuento a punto de salir de casa. No fue fácil enseñarle mi rutina y mucho menos mis manías. Proceso arduo y complicado pero ya está listo para dar el paso. Ahí fuera le espera un trabajo de más de diez horas en una oficina y de regreso, una mujer y dos hijas de cuatro y seis años, rebosantes de energía y ganas de jugar sin tregua alguna. Y lo peor ahora es que a mí me toca pelear con monstruos y villanos carentes de piedad. A mí que lo único que sé manejar es el teclado de mi ordenador.
Bravísimo!!!
ResponderEliminar(Dios no permite que yo me encuentre en estas dificultades)
Un abrazo
El escritor eligió erigirse en protagonista y ahora se queja, qué morro.
ResponderEliminarHay que se un poquito consecuente, ¿o no?
Si el personaje aprendió a ir a trabajar, ahora que él aprenda a pelearse con los villanos.
Pobre escritor-superhéroe :)
ResponderEliminarMe encanta el intercambio!!! Personajes que salen y escritores que entran :-)
ResponderEliminarSAludillos
ah pero este es buenísimo!!! a veces lidiar con palabras es trabajo tan hostil como pelar con villanos!
ResponderEliminarYo no tengo ese problema, soy tan mala jugando a los videojuegos que siempre me matan en el primer minuto...después de conocerme nadie me pide ayuda para jugar :)
ResponderEliminarMuy bueno el giro Indio.
ResponderEliminarY es verdad lidirar con la spalabras puede serm ás terrible que con los villanos.
Un saludo