La caricia
In memorian
Quizá se debió a un ansia inconsciente de elevarme hasta encontrarte, o a un efecto de la desesperación; el caso es que comencé a volar.
Sostener
mi cuerpo en el aire, orientarme según los vientos, descubrir en las alturas un
presagio de tormenta, fue un aprendizaje arduo, un proceso peligroso que ocupó
mi tiempo y dio sentido a mi vida.
En
las montañas la vista es maravillosa y el silencio casi perfecto. Los cóndores
ya no recelan mi presencia, sin embargo bajo a diario al llano. Visito el
camposanto. Recorro con mis yemas las letras de tu nombre.
Autora: Patricia Nasello
Fotografía: David Cobos
Parece al sueno que viene muchas noches...
ResponderEliminarUno de los preciositas realtos de Patricia que domina a la perfección. ¡Qué belleza!
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