El lunes conjuntivitis, el martes
dolor de muelas, el miércoles tortícolis, el jueves el riñón, el viernes
dolores de ovarios, el sábado sólo la cabeza y el domingo la planta del pie. Y
vuelta a empezar el día siguiente. Tres años así. Sin duda la paciente no es mi
mujer sino yo.
Entonces habrá que trataros a los dos, muy pacientemente , besos.
ResponderEliminarJajaja Sos un santo. Hay tratamientos psicológicos para hiponcodriácos y también existe el divorcio para impacientes.
ResponderEliminarEn vacaciones, tu mujer marchará a bailar en un crucero, mientras tú te tratas lo tuyo en un Centro de Drogoimpacientes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que tu mujer trama algo...
ResponderEliminarEs solo una sospecha, pero creo que trama algo...
Saludos
Ácido y divertido.Me gustó mucho.
ResponderEliminarEl tema es que las enfermedades vienen por causa de emociones negativas.
ResponderEliminarLlamen al Chamán.
¿Por qué este tipo de cuento-queja-confesión es siempre masculino?
ResponderEliminarLa enfermedad pulula en todas partes.
Parece evidente que los dos son pacientes, cada uno a su manera.
ResponderEliminarGenial relato. Un saludo.