Durante los
últimos meses su relación no había funcionado demasiado bien, eso era cierto,
pero que ella decidiese ponerle fin pegándole un tiro en el estómago le pareció
exagerado.
Después, cuando
ya estaba en el suelo, en medio de un creciente charco de sangre, ella le dio
un beso en los labios, dulce y tierno, un beso como los de antes.
Y ese beso salvó la relación. Abrazo, lindo relato, me gustó,enhorabuena.
ResponderEliminarNi tanto ni tan calvo, posturas menos radicales les habrían dado más futuro. Me gustó mucho.
ResponderEliminarPues mira. no sé. En este mundo de ambigüedades y eufemismos, que te "digan" según que cosas así claritas, je je. Muy bueno Luisa.
ResponderEliminarUn abrazo.
La forma más extrema para terminar una relación. Además de asesina, también sádica al disfrutar de ese beso.
ResponderEliminarSaludos.
Me parece un tanto extremo que le exijan a alguien ponerse a punto de muerte.
ResponderEliminarPero ésta es la naturaleza de los relatos extremos, que se sacudan los dientes y se sienta una intensa descarga, o nos podemos ir a leer acerca dela placidez de un patito navegando por la tina.
Digo, leyendo en la red se encuentra uno desde lo más interesante hasta lo más obvio.
Micro fuerte y poco hecho. Me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos
Con un poquito de retraso pero... llegó. Muchas gracias para un plato crudo y más bien frío, sólo para los amantes de los sabores fuertes.
ResponderEliminarGracias
Trágico, muy directo.
ResponderEliminarSaludos.
Los hay que no entienden que las cosas de antes nunca vuelven.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todavía lo quería. . .
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