domingo, 9 de septiembre de 2012

Pertenencia

Caminaba en el bosque. No sabía adónde iba, ni el porque de sus pasos. Pero allí, entre los árboles, se sentía acogido por el verdor palpitante de la vida.
Se había despertado de madrugada para ver las constelaciones. Era uno de sus alimentos: las estrellas y sus nombres, las nebulosas, los cúmulos, las gigantes enanas.
Cogió un abrigo y salió a la noche. Así fue como se encontró en el bosque inmenso, inmenso como su tristeza. Caminar en la noche frondosa le resultaba algo atávico, que no podía ni quería controlar. Entre los troncos se sentía seguro, en paz.
Las cortezas emanaron un ligero efluvio, el suelo chasqueó bajo sus pies y únicamente extrañó el titilar celeste. Tropezó con ramas, apartándolas sin temor. Sentía que el bosque le pertenecía de siempre, que los árboles eran su familia, que lo protegerían, que le darían el amor que nunca tuvo. Fue de este modo como lo encontré, abrazado a un árbol y con las extremidades enroscadas a un tronco. Del torso nacían brotes nuevos y por su piel se paseaban bichos minúsculos, arañas y lentos escarabajos.

Le adiviné una sonrisa sosegada y los ojos reflejaban aún el brillo de las estrellas. 

Autora: Virginia González Dorta

18 comentarios:

  1. La tristeza del relato se me compensa con la alegría de leerlo aquí.
    Montones de gracias, montones de besos.

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  2. Triste pero con mucho encanto, me encanta Virginia.Un beso

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  3. Hermoso y poético.

    Da gusto leerte.

    Abrazos.

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  4. Buscó un refugio, no por morir, sino por vivir para siempre. Estremecedor.

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  5. Yo lo sentí como un renacer, como una compleja reencarnación que más allá de una nueva forma espiritual, sería un volver a tomar fuerzas y energía a través del árbol. Me encantó jaja.

    ps: soy muy subjetiva frente a tus relatos, siempre me gustan :))

    un abrazo

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  6. Es fantástico, Virgi; una verdadera joya.

    Hoy soy un poco mas feliz, he leído dos cuentos tuyos preciosos.

    Sigue escribiendo, por favor, tienes un don especial.

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  7. ¡Qué lujazo, los piropos que me perfuman el corazón! Gracias. Tantísimas.

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  8. Bien Virginia.
    Nos recuerdas que hay tanta gente que debería arbolizarse.

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  9. Será triste, amiga, pero es delicioso es un texto que inunda el alma...

    Cuánto me alegro de verte por aquí,vecina...

    Besicos querida Virginia.

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  10. Quien se funde con la naturaleza florece en su espíritu y acoge los astros y las estrellas en su mirar.
    Abrazos!!!

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  11. Te aseguro que he vivido eso que cuentas.

    Un abrazo

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  12. Carlos, Cabopá, Aristos, Gaia: gracias efusivas, montones.

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  13. · Ahí me encuentro, en un bosque de hayas, mi bosque favorito. Algún día, debiera desaparecer dentro.

    Escribes divinamente.

    · BdPH

    CR· & ·LMA
    ________________________________
    ·

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  14. Me llega, me llega. Me inunda, me inunda. Me aumenta, me aumenta. Gracias. Un abrazo grande.

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  15. ¡Ah, mil gracias, qué detallos@s!
    Besos y besos

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  16. Es un texto que te golpea, pero que invita a reinventarse
    Gracias

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  17. El lenguaje oscila desde la agradable sorpresa hasta el diccionario. El personaje es inquietante, igual que su apariencia final.

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  18. Gracias a las dos, ahora las veo.
    Besos

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