![]() |
Imagen de Google |
—¿Por qué me mira así?
¡Ah, ya! Está impresionado, soy hermosa ¿verdad? Y aunque no lo aparento, hace
tiempo que dejé de ser una jovencita…
—¿Qué pasa querido? Parece que hubieras visto un fantasma.
—María, creo que esa estatua me ha hablado.
—¡Por Dios, Esteban!, es una de las mujeres de nuestra
excursión.
—Pero… no ha movido
ni un músculo.
—¡Ah, eso…! Botox, querido, botox…
http://elystone.blogspot.com.es/
¡¡¡¡Bruuuutaaaallll!!! Más, quiero más...escribe más.
ResponderEliminarJaja, Elysa, genial, pobre hombre qué susto se da, o ¿es la mujer que no se entera de nada? Me gustó.
ResponderEliminarUn abrazo desde mi mar,
Maravilloso.
ResponderEliminarMeditar el caso de las Botox--adictas incluye considerar; que si quieren verse así de rígidas e inexpresivas; ¿Porqué no de una vez se ponen una máscara de teatro Noh, o una de carnaval de Venecia?
Impresionante.
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
Saludos.
Elysa:
ResponderEliminarA mí también me asustan.
Personajes de rostro extraño y cuerpo decrépito.
Muy bueno, me causó mucha gracia, por ocurrente.
Saludos.
ja, ja, ja Muy graciosa. Como sigamos así, todas tendrán la misma MÁSCARA.
ResponderEliminarUn saludo desde México DF
La vanidad nos hace cada vez más idiotas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un buen enfoque, me gusta tu micro.
ResponderEliminarUn abrazo
Súper tu micro, dentro de poco todas acartonadas, es que el botox está de oferta, jejeje
ResponderEliminarUn abrazo.
El botox hace milagros. ¡Qué divertido! Nadie como tú para los diálogos frescos. Un beso.
ResponderEliminar