domingo, 20 de mayo de 2012

Para Juan


Armar su biblioteca le llevó muchos años en los que exhibió una paciencia irritante.
Llegó a tener unos dos mil ejemplares, todos eran libros usados. Recorrió kilómetros, de geografías variadas y extravagantes, en busca de cada ejemplar. Novela, poesía, ensayo, entrevista, cuento; el género no era lo importante. En realidad, no los leyó nunca, nunca pasó de la primera hoja. Su pasión eran las dedicatorias y buscó todas. A mi querido hijo Juan; A mi amigo Juan; A Juan, el amor de mi vida; Para vos, Juan.


Autora: Graciela Resala

9 comentarios:

  1. Gran retrato de una autoestima elevada a tremenda necesidad de afecto. Con la agridulce realidad de que se perdió de algunas buenas lecturas. No puedo decir todas, pues desconozco su ámbito sociocultural.
    Pero como relato, de que gusta, gusta.

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  2. Graciela:
    Casi me atrevería a decir que no es una ficción.
    En la Feria del Libro de Buenos Aires, abundan estas gentes.
    Más allá de eso, la redacción y el mensaje que entrega está muy bien.
    Un saludo.

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  3. Existen en el mundo mucho mitomanos y coleccionistas varios de cosas tan extrañas como respetables. De este modo conseguía mantener las cuotas de ventas de los libreros.

    Abrazos.

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  4. Curioso relato Graciela, donde se capta la esencia del ego llevada a un extremo exagerado.
    Me ha gustado!

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  5. Desde luego una manía como otra cualquiera, lo que he creído entender es que eran libros usados, por lo tanto las dedicatorias eran a otros Juanes, curioso que ni tan siquiera fueran dirigidas a él.

    Simpático relato Graciela,

    Un saludo desde mi mar,

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  6. me gusta este relato por lo que no cuenta claramente: Ese Juan de las dedicatorias no era él, claro, por lo tanto define al personaje como un ser tristemente sol. felicidades

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  7. Tenía un amigo que de un libro solo le interesaba el prologo, en vez de la novela le interesaba el aspecto literario. Le propuse comprar los libros a medias.
    Saludos

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  8. Hola a todos/as!

    Agradezco los comentarios. Algunas interpretaciones me sorprendieron y eso me resultó bien interesante.

    "Mi Juan" está atormentado en esa persistente búsqueda de sí mismo en cada uno y en todos los Juan.
    Podría haber titulado este microrrelato 'Identidad'.

    Saludos,

    Graciela Resala

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