Las ganancias de mi empresa han bajado un 0'0001 desde que comenzó la crisis y mis jefes no tuvieron más remedio que aplicar medidas drásticas. Desde que me echaron del trabajo colecciono nubes. Ahora tengo mucho tiempo libre. Me he construido una pequeña cabaña de avistamientos en el tejado y me paso el día allí, oteando el cielo. Si descubro una especialmente bonita por su color, forma o tamaño, me la quedo para mi colección. Las nubes grises de lluvia las mando por correo urgente a algún país africano. Las de tormenta son mis favoritas, aunque, son peligrosas y difíciles de atrapar. Cuando al fin cazo una, la envío el domingo al campo de golf. Con suerte, puede que los alcance un rayo.
Publicado en "I Antología de Microrrelatos Triple C"
Perdón por el retraso.
Me ha encantado. Tu afición me la apunto, es algo que hacía de pequeña y que había olvidado, aunque no se si por la ingenuidad, yo me las quedaba todas.
ResponderEliminarMuy bueno Mar. Es un lujazo compartir publicación en Triple C.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
De un tiempo a esta parte, me ha dado por hacerle fotos a las nubes (son increíblemente fotogénicas). Se puede decir que tengo una colección de ellas :-)
ResponderEliminarMe gusta tu estilo narrativo, Mar, y
este micro no es una excepción.
Un beso.
Se puede decir que desde que perdió el trabajo vive en las nubes...
ResponderEliminarMuy bueno, sí. Buena selección la de la Antología de Triple C.
Besos.
Mar, original idea que con tu narrativa consigues que sea creíble. Me imagino a ese hombre cazando nubes y siendo feliz, aún con su desdicha, clasificándolas.
ResponderEliminarMe encantó. Sigue así, pues es un placer leerte.
Abrazos.
Me gusta que esa bonhomía contemplativa termine con un rayo en un campo de golf, qué caramba.
ResponderEliminarBuen dardo. Abrazos
Las nubes contienen dibujos maravillosos tan surrealistas como algunos sueños.
ResponderEliminarEl relato contiene la melancolía del despido y el concepto de la moderna esclavitud, a través de la cual el dinero fué convertido en jaula y cadena. La venganza idealizada más poco probable.
En Argentina (aunque no se lo comente) hay muchas personas cazando nubes. Triste. Muy triste.
ResponderEliminarUn abrazo, Mar
Un emprendedor.
ResponderEliminartus jefes ¿juegan al golf?
ResponderEliminarmuy original
saludos
Hago mío el comentario de Nicolás Jarque.
ResponderEliminarFantástico, un placer leerte, como siempre.
A mi me gustan las nubes y tus nubes hoy me hacen mirar el cielo que por cierto está despejado, pensando en el panorama tan oscuro para muchos...
ResponderEliminarBesicos, autora.
Me encanta, y sobre todo esa afición a pillar las de tormenta y enviarlas el domingo al campo de golf. Eso está muy bien.
ResponderEliminarBesitos
Espero que les parta un rayo!!!
ResponderEliminarMuy bueno Mar.
Besos desde el aire
Jejeje hemos de suponer que del trabajo que te desñidieron era en el campo de golf??
ResponderEliminarCon tu permiso me quedo. Me gusta este sitio.
Besos
Lupa
Muy bueno el micro, parecía tan lírico y soñador, pero al final era un resentido.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Saludos.
Muchas gracias lectores de "El Microrrelatista" por tantos comentarios.
ResponderEliminarCuando te echan del trabajo uno sólo puede sentir impotencia, resentimiento y venganza. Que se guarden los jefes sin escrúpulos que juegan al golf de los rayos vengadores.
Ver tantos amigos aquí me pone más ancha que larga.
Un abrazo para todos.
Me ha encantado, esa supuesta ternura y esa malahostia.
ResponderEliminar...eso, que se jodan.
Besos payasos, Mar.
Gracias Kum, qué alegría encontrarte aquí. Un abrazo de cazadora de nubes.
ResponderEliminarUna afición que cada vez más personas podremos degustar.
ResponderEliminarEl contrapunto final me ha dejado una sonrisa. Me encanta ese final.
Un saludo.
Mar, tu imaginación nunca deja de sorprenderme. Y tus historias siempre "tan ficción", están llenas de naturalidad, de verosililitud, esa que tu generas dando vida a tus personajes. Seguro que tú eres una cazadora de nubes, de las mejores, siempre nos cazas alguna con forma de sonrisa, algunas veces, de pesadumbre, otras. Y las metes en una botella y las lanzas a nuestra orilla, luego la nube se convierte en mensaje, como este que nos ha llegado hoy.
ResponderEliminarMar, que nos gusta leerte, y que tu estilo es inconfundible.
Una abrazo
Muchas gracias Albada, mucha gente cazando nubes, demasidadas. Un beso.
ResponderEliminarHola Xavier, muchas gracias por este comentario tan maravilloso. Con él es imposible naufragar. Un abrazo.
No sabía que Zapatero escribiese blogs....
ResponderEliminarYo me quedo con el rayo...para partir algún día a alguien...Para mis momentos tiernos...la nube más blanca y algodonada...qué bonito te ha quedado...jo!!! qué envidia...
ResponderEliminarPilar (canalillo)
Gracias Zorrit, por tu comentario, aunque no sé a qué te refieres.
ResponderEliminarHola Pilar, muchas gracias, un beso. Nos vemos.
Fantasía mezclada con realidad a la perfección.
ResponderEliminarCun un final aplastante, ideal.
¡Felicitaciones! Muy bueno.
Saludos.
Está precioso. Tiene un ritmo y una sonoridad agradables, y como las tormentas va creciendo hasta el final. Felicitaciones.
ResponderEliminar