viernes, 30 de diciembre de 2011

Reminiscencia de Unkulunkulu

Con un ojo en la hembra, el camaleón aparta el otro de la mantis religiosa y hace gala de sus cromatóforos. Ella se va. Seis semanas después de buscarla incansablemente a izquierda y derecha, atrás y adelante, la ve hermosamente serena rascando un hoyo en la tierra. Él cambia al color del reproche.


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