"En un triángulo rectángulo...". Odio las matemáticas, los números y ese Pitágoras del último examen que me dejó castigado incluso el sábado. Sentado en la mesa de la cocina repito como un loro, "en un triángulo rectángulo...". Con práctica he conseguido recitar en alto mientras pienso en otra cosa y hago música con el bolígrafo sobre el estuche metálico. Los pasos de mi madre me sobresaltan. Con un rápido movimiento consigo esconder la revista que asoma entre las páginas del libro. No lo ha visto. No lo ha visto. No lo ha visto. Respiro y sigo. "En un triángulo rectángulo...".
Puck, con que facilidad logras trasportarnos a la infancia. Es fabuloso. A mí, como supongo que a la mayoría, nos costaba memorizar y era muy fácil distraernos, y más a ciertas edades y con ciertas cosas.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Abrazos.
Hola Puck, yo creo que ese niño llevaba la música dentro y necesitaba respirar de vez en cuando para asentar las ideas. Posiblemente acabaría ... ¡tocando el triángulo!.
ResponderEliminarUn beso des-
demispalabrasylasvuestras.
Pero, bueno... y al final ¿Qué?, "en un triángulo rectángulo...¿QUÉ????"...
ResponderEliminarBesos hipotenúsicos.
Nicolás, yo odiaba memorizar, nunca conseguía aprenderme las cosas de ese modo
ResponderEliminarLaura, jajaja me gusta esa interpretación
Kum, ponle un poco de imaginación jajaja... yo tengo a la rana pensando donde la dejaste y no se le ocurre nada :-)
Saludillos pitagóricos
No me gustan nada las matemáticas...Mejor me quedo con tus letras.
ResponderEliminarBesos desde el aire