Hay días que se me cae la luna y busco a tientas tu contorno.
Hay días que el tiempo se hace tan pequeño que mientras te vas, trepo a los árboles para estar a tu lado cuando miras las estrellas y atraviesas la niebla tratando de no elegir el camino equivocado.
Hay días que bebo mi pócima de silencio y escondo las palabras en mi bolsa de canicas, pero a veces se me desborda una estrella fugaz que se te clava en la sonrisa y me sonrojo, y se me rompe el encantamiento.
Hay días que me a-tormentas y con un solo golpe de mi varita mágica devuelvo a Dios al mismo cielo y me traslado definitivamente al infierno harta de fingir que no me importas.
Hay días que lanzo hechizos de invisibilidad contra mi pena para que mis aviones de papel no se estrellen en tu mapa y desgasten tus murallas.
Hay días que me escondo entre el blanco y el negro para que no se me escapen los colores y descubras que no habrá eclipse que te salve de mis poderes mágicos.
Y es que hay días... que me gusta imaginar que soy tu hechicera.
Muy poético y bello.
ResponderEliminarEcha un vistazo a esa barita, que creo que tu querías una varita (sin reproche,un despiste lo tenemos todos).
Uyyy¡¡¡ Gracias ;)
ResponderEliminarBesito
El mejor hechizo se dá cuando comprendemos que todos necesitamos un trato de cariño y de respeto y así lo brindamos.
ResponderEliminarDebes de tener una bolsa de canicas preciosa...No la escondas por favor!!!
ResponderEliminarPrecioso y poético.
Saludos desde el aire
Qué curioso... Hay días que pueden ser aquí y ahora. Me encanta tu texto y enlaza de alguna manera con el que, sin conocerlo, yo también colgué hoy en este espacio. La magia de El Microrrelatista.
ResponderEliminarSaludillos