martes, 7 de junio de 2011

José

Estaba ahí. Lo sentía. Sentía su aguda y tierna mirada sobre mi espalda. El salón estaba en penumbras, especialmente producido para encuentros de amor. Por esa razón había concurrido tantas noches en su busca, y lo seguiría haciendo hasta que algún día aceptara otra compañía distinta a la de José. Luego de beber una copa de cognac seguía la misma rutina: me daba vueltas, mirando hacia atrás, y  la densa soledad del lugar, a pesar de la gente que pululaba en él, terminaba por abrumarme y me marchaba. Ofrecían acompañarme, pero yo no aceptaba.
Al otro día regresaba enfundada en el deseo de sentirlo tras de mí, mirándome, cuidándome, como sin con eso, pudiera resucitarlo. 

10 comentarios:

  1. Cuanto anhelo en este micro. Se nota la presencia del que falta.
    Me ha gustado.
    Saludos desde el aire

    ResponderEliminar
  2. Muy bueno, esas pérdidas que no nos abandonan jamás.
    Tremendo micro!!
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  3. Que buen relato...
    Nos aferramos al ser querido con tanta devoción que no somos capaces de resucitarnos ni a nosotros mismos.

    Genial Millz M

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Olá passando em seu blog e aproveito para divulgar o meu que se chama Folhetim Cultural. Todos os dias da semana noticiário cultural e nos sábados.
    7 da manhã: No café da manhã com poesia
    9 da manhã: Palpiteca
    11 da manhã: Devaneios do Ranzinza por Roberto Prado
    15 horas: Charge de alexandre Costa
    17 horas: Chá das 5
    19 horas: Charge de Fernando Ferrari
    21 horas: A crônica nossa de cada dia por Fernando Ferrari

    endereço: informativofolhetimcultural.blogspot.com

    Conto com sua visita! Até lá

    ResponderEliminar
  5. Cada muertecito tiene el destello intenso de su partida y los recuerdos que se haya ganado.
    Como dice la canción : "Hay muertos que no hacen ruido..."

    ResponderEliminar
  6. Saludos, la historia me agradó, sin embargo me confundí más de una vez con el "probable" sujeto de los verbos, no sabía quién realizaba la acción ni su género tampoco. Tuve que leerlo dos veces y media ¿fue cosa mía?

    ResponderEliminar
  7. Me gustó mucho... En alguna parecida me he visto... Hace dos días colgué en mi blog un pequeño corto que habla de la búsqueda final del amor... Saludos desde Blogrópila

    ResponderEliminar
  8. Faqntástico¡ El apego no es bueno pero es que a veces es todo cuanto tenemos....

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Gracias compañeros por vuestros comentarios.Un abrazo a todos.

    ResponderEliminar
  10. Yun, tal vez te cueste leer mi forma de escribir. Pero el que no está es José y la que narra es Ella, que lo perdió. Hay una señal en el verbo "enfundada". Gracias por tu participación y comentario. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Pon un comentario. Nos gusta que nos leas pero también nos gusta saber que nos has leído.