"Cuando yo quiera, lo dejo", dijo Pedro, retándonos a apostar. Apostamos y perdimos. Hoy hace un año de aquello. Hoy hace un año que dejó este mundo por voluntad propia.
ooohhh! pensé que tal vez la apuesta era por algo más sencillo, como dejar de fumar, o no tener sexo, o cortarse los dedos!!! :-) muy buen micro saludos
Jajaja, yo por si acaso no apuesto.
ResponderEliminarSaludos desde el aire.
Brillante brevedad. La cuestión es qué tan horrendo es el mundo como para envalentonarnos a dejarlo.
ResponderEliminarEl querer salirse antes de su turno es señal de depresión.
ResponderEliminarExcelente el cate de sorpresa que nos das.
¿Seguro que era Pedro y no Patxi?. Me gustó mucho.
ResponderEliminarUf, que drástico.
ResponderEliminarHay que tener mucho valor para dejarlo por voluntad propia.
Dramático final.
Genial post.
Un saludo.
Muchas gracias a tod@s!!
ResponderEliminarun saludo
ooohhh! pensé que tal vez la apuesta era por algo más sencillo, como dejar de fumar, o no tener sexo, o cortarse los dedos!!!
ResponderEliminar:-)
muy buen micro
saludos