Ella sabrá lo que hace. Vino aquí vendiendo vientos de colores. Dice que los azules traen nostalgia, los rojos, pasión y los amarillos, armonía. Yo le digo que no, que así no saldrá nunca. El doctor ayer volvió a evaluarla y dijo que no progresaba. Le incrementó la dosis. Ahora está en el jardín. La miro de lejos (no quiero que me relacionen con ella). Yo quiero irme y sé que los vientos amarillos no traen armonía, sino discordia. Pero en algo tiene razón: los verdes traen paz. Hoy le compré uno y corre una brisa que acaricia el alma.
Qué lindo, es nada más y nada menos que la leyenda que acompaña a la foto...Palabras preciosas.
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