Se amaron durante horas hasta saciarse. Entonces ella sacó el cava reservado para la ocasión, había llegado el momento. Bebieron con ansia la primera botella, descorcharon otra y siguieron bebiendo.
Ella fue la primera en dar muestras de que el final se acercaba. A los pocos minutos sus ojos se cerraron y su rostro comenzó a desdibujarse. Él la abrazó y esperó su turno.
Cuando amaneció ambos yacían inmóviles.
Horas después ella despertó resacosa, él nunca más lo hizo. Hoy ella tiene cuatro ceros más en su cuenta corriente y un cero a la izquierda menos en su vida.
En 99 palabras
Cuando amaneció ambos yacían inmóviles.
Horas después ella despertó resacosa, él nunca más lo hizo. Hoy ella tiene cuatro ceros más en su cuenta corriente y un cero a la izquierda menos en su vida.
En 99 palabras
A mí me pasa algo parecido a Sibreve, ni me había dado cuenta de que me tocaba publicar ni estoy últimamente demasiado inspirado. Por eso os dejo con una entrada que publiqué hace unas semanas en mi blog. Espero que os guste.
ResponderEliminarSaludos
¿Quién dijo que los ceros a la izquierda no valían nada?
ResponderEliminarPues me ha parecido genial, un juego de palabras ingenioso, me encantó .
ResponderEliminarAy Miguel...será una epidemia entre los escritores? tengo un tiempo sin nada de inspiración :( saludos
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