Imagen tomada de Internet
Algún día se enterarían quien era el que movía el espejito y hacía chispear el collar de perlas de la señorita Rosa al tiempo que sus uñas largas y rojas trazaban en la pizarra problemas de matemáticas. En cambio, jamás se descubriría que en él quedaban reflejadas las soluciones, aunque multiplicadas por dos y divididas por cuatro. El espejito no dejó de ser mágico hasta el día en que, dominado por la tentación, se lo cambié a “Bizcocho” por su canica de colores verde azulados; la magia saltó a la canica.
Moderato_Dos_josef
Algún día se enterarían quien era el que movía el espejito y hacía chispear el collar de perlas de la señorita Rosa al tiempo que sus uñas largas y rojas trazaban en la pizarra problemas de matemáticas. En cambio, jamás se descubriría que en él quedaban reflejadas las soluciones, aunque multiplicadas por dos y divididas por cuatro. El espejito no dejó de ser mágico hasta el día en que, dominado por la tentación, se lo cambié a “Bizcocho” por su canica de colores verde azulados; la magia saltó a la canica.
Disculpad por el retraso, se me pasó.
Moderato_Dos_josef
Realmente un relato mágico y colorista. Abrazos.
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